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miércoles, julio 17, 2024
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    Lucas 21 - Peshita (Nuevo Testamento)

    La ofrenda de la viuda

    1. Observando Jesús detenidamente a los ricos que echaban sus ofrendas en la tesorería,

    2. observó también a una viuda pobre que echó dos monedas pequeñas de cobre.

    3. Y dijo: De cierto les digo que esta viuda pobre echó más que todos,

    4. porque todos ellos echaron en el arca de las ofrendas de lo que les sobraba, pero ella de su pobreza echó cuanto poseía.

    Jesús predice la destrucción del templo

    5. Mientras algunos conversaban respecto al templo, de su ornamentación con piedras preciosas y ofrendas, Jesús les dijo:

    6. Respecto a estas cosas que están viendo, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada.

    Señales antes del fin

    7. Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo acontecerá esto?, y ¿qué señal habrá cuando estas cosas estén por acontecer?

    8. Y Él les dijo: Miren que no sean engañados, porque muchos vendrán en mi Nombre, y dirán: "Yo soy un ungido[31]", y: "El tiempo está cerca", pero no los sigan.

    9. Cuando escuchen de guerras y de conmociones, no se atemoricen, porque es necesario que estas cosas sucedan primero, pero aún no ha llegado el fin,

    10. porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino,

    11. y en distintos lugares habrá grandes terremotos, hambres y plagas; habrá pánico y cosas aterradoras, y serán vistas grandes señales en el cielo y habrá grandes tormentas[32].

    12. Pero antes de todas estas cosas les echarán mano, los perseguirán, y los entregarán a las sinagogas y a las cárceles y los llevarán delante de reyes y de gobernantes por causa de mi Nombre.

    13. Pero esto les servirá a ustedes para testimonio.

    14. Por tanto, propongan en su corazón no preparar defensa,

    15. porque yo les daré palabra y sabiduría la cual no podrá resistir ninguno de sus oponentes.

    16. Y serán entregados por sus padres, sus hermanos, sus parientes y sus amigos, y darán muerte a algunos de ustedes,

    17. y serán odiados por todos a causa de mi Nombre.

    18. Pero ni un cabello de su cabeza perecerá.

    19. Con su perseverancia ganarán su alma.

    20. Cuando vean a Jerusalén sitiada por un ejército, entiendan entonces que su devastación se aproxima.

    21. En aquel tiempo, los que estén en Judea, huyan a los montes; los que estén dentro de la ciudad, escapen, y los que estén en los campos, no entren en ella,

    22. porque estos días son de venganza, para que se cumplan todas las cosas que están escritas.

    23. ¡Ay de las que están embarazadas y de las que están criando en esos días! Porque habrá una gran aflicción en la Tierra e ira contra este pueblo.

    24. Y sucumbirán a filo de espada y serán llevados cautivos a todo lugar, y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.

    La venida del Hijo del Hombre

    25. Y habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y sobre la Tierra, angustia de las naciones y extrema desesperación a causa del rugido del mar,

    26. y desfallecerán los hombres a causa de la conmoción provocada por el terror de lo que sobrevendrá a la Tierra, y las potestades de los cielos serán estremecidas.

    27. Entonces verán AL HIJO DEL HOMBRE VINIENDO EN NUBES con gran poder y gran gloria.

    28. Cuando estas cosas empiecen a acontecer, cobren ánimo y levanten sus cabezas, porque se acerca su redención.

    29. Luego les refirió una ilustración: Miren la higuera y todos los árboles,

    30. que cuando echan brotes, entienden de inmediato por ellos que el verano está cerca.

    31. Del mismo modo, también ustedes, al ver que están aconteciendo estas cosas, sepan que el reino de Dios se acerca.

    32. En verdad les digo que esta raza[33] no pasará hasta que todo esto acontezca.

    33. Los cielos y la Tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

    34. Tengan, pues, cuidado de sí mismos, para que sus corazones jamás se endurezcan por la disipación, la embriaguez y las preocupaciones del mundo, de modo que aquel día venga repentinamente sobre ustedes,

    35. porque como asalto llegará súbitamente sobre todos los que moran sobre toda la superficie de la Tierra.

    36. Por eso, estén siempre alertas y oren, para que sean considerados dignos de escapar de estas cosas que han de acontecer y permanezcan firmes ante el Hijo del Hombre.

    37. Y enseñaba durante el día en el templo, y al oscurecer salía a pasar la noche en el monte llamado Huerto de los Olivos.

    38. Y toda la gente se anticipaba a Él en el templo para escuchar su palabra.