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miércoles, julio 17, 2024
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    Marcos 2 - Peshita (Nuevo Testamento)

    Jesús sana a un paralítico

    1. Pasados algunos días, Jesús entró de nuevo a Capernaum, y cuando se enteraron de que estaba en casa,

    2. se congregaban muchos, de modo tal que ya no cabían ni siquiera a la puerta, y Él les hablaba la palabra.

    3. Entonces vinieron a Él trayéndole a un paralítico cargado por cuatro personas.

    4. Y al no poder acercarse a Él por causa de la multitud, subieron al techo y levantando el techo del lugar donde estaba Jesús, bajaron la camilla en la que yacía el paralítico.

    5. Cuando Jesús vió la fe de ellos, dijo al paralítico: Tus pecados te son perdonados, hijo mío.

    6. Pero allí se encontraban sentados algunos de los escribas y fariseos, quienes pensaban en su corazón:

    7. ¿Por qué este habla blasfemias? ¿Quién es capaz de perdonar pecados, sino solamente Dios?

    8. Pero Jesús, sabiendo en su espíritu que pensaban de esta manera para sí mismos, les dijo: ¿Por qué están pensando estas cosas en su corazón?

    9. ¿Qué es más fácil? ¿Decir al paralítico: "Tus pecados quedan perdonados", o decirle: "Levántate, toma tu camilla y anda"?

    10. Pues para que sepan ustedes que el Hijo del Hombre tiene en la Tierra autoridad para perdonar los pecados (dijo al paralítico),

    11. a tí te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.

    12. Él se levantó de inmediato, tomó su camilla y salió a la vista de todos, de tal manera que todos estaban maravillados, y glorificaban a Dios, y decían: Nunca habíamos visto algo semejante.

    Llamamiento de Leví

    13. Y nuevamente salió Él al mar, y toda la multitud acudía a Él, y les enseñaba.

    14. Y mientras pasaba, vio a Leví, hijo de Alfeo, que estaba sentado en el lugar de los tributos, y le dijo: Sígueme; y él, levantándose, lo siguió.

    15. Y aconteció que mientras Jesús estaba sentado a la mesa en su casa, muchos publicanos y pecadores se encontraban sentados a la mesa con Jesús y con sus discípulos, pues eran muchos los que lo habían seguido.

    16. Entonces los escribas y los fariseos, al verlo comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a sus discípulos: ¿Por qué come y bebe Él con los publicanos y pecadores?

    17. Cuando Jesús escuchó estó, les dijo: No son los que están sanos quienes necesitan médico, sino los que están enfermos; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

    La pregunta sobre el ayuno

    18. Los discípulos de Juan y de los fariseos estaban en ayuno, y vinieron y le preguntaron: ¿Por qué los discípulos de Juan y de los fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan?

    19. Y Jesús les respondió: ¿Pueden ayunar los mejores amigos del novio entre tanto el novio está con ellos? No.

    20. Pero vendrán días cuando el novio les será quitado; y entonces ayunarán en aquel día.

    21. Nadie remienda un vestido viejo poniéndole tela nueva, no sea que el remiendo nuevo tire del viejo, y se haga más grande la rotura,

    22. y nadie pone vino nuevo en odres viejos, no sea que el vino reviente los odres y el vino se derrame, y los odres se echen a perder, sino que el vino nuevo lo ponen en odres nuevos.

    Los discípulos recogen espigas en el día de reposo

    23. Sucedió que pasando Jesús durante un día de reposo por unos sembradíos, sus discípulos arrancaban espigas mientras caminaban.

    24. Entonces le dijeron los fariseos: Mira, ¿por qué hacen ellos lo que está prohibido hacer durante el día de reposo?

    25. Jesús respondió: ¿Nunca han leído lo que hizo David cuando tuvo necesidad y sintieron hambre él y los que lo acompañaban,

    26. cómo se introdujo en la casa de Dios cuando Abiatar era sumo sacerdote, y comió el pan de la mesa de Yahweh, el cual no está permitido comer sino solamente a los sacerdotes, y también dio a los que lo acompañaban?

    27. Y les dijo: El día de reposo fue creado para el hombre, y no el hombre para el día de reposo.

    28. Por lo tanto, el Hijo del Hombre es también Señor del día de reposo.