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sábado, agosto 17, 2024
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    Mateo 24 - Peshita (Nuevo Testamento)

    Jesús predice la destrucción del templo

    1. Al salir Jesús del templo para marcharse, se acercaron sus discípulos para mostrarle el edificio del templo.

    2. Pero Él les dijo: He aquí, ¿ven todo esto? De cierto les digo: No quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada.

    Señales antes del fin

    3. Habiéndose sentado Jesús en el Monte de Los Olivos, se acercaron sus discípulos para decirle en privado: Dinos, ¿cuándo acontecerá esto? ¿Y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo?

    4. Contestándoles Jesús, dijo: Cuiden de que nadie los engañe,

    5. porque vendrán muchos en mi Nombre, diciendo: "Yo soy un ungido", y engañarán a muchos.

    6. Entonces escucharán de calamidades y noticias de guerras. Miren que no sean turbados, porque es necesario que todo esto acontezca, pero no es el fin todavía,

    7. porque se levantará nación contra nación y reino contra reino, y en distintos lugares habrá hambres, plagas y terremotos.

    8. Pero todas estas cosas serán el principio de dolores.

    9. En esos días los entregarán a aflicciones y los matarán, y serán odiados por todas las naciones por causa de mi Nombre.

    10. Muchos se escandalizarán entonces, y unos a otros se aborrecerán y se entregarán unos a otros.

    11. Y surgirán muchos falsos profetas y engañarán a muchos,

    12. y a causa del aumento de la maldad, se enfriará el amor de muchos,

    13. pero el que persevere hasta el fin, será salvo.

    14. Entonces se proclamará este Evangelio del reino en todo el mundo para testimonio a todas las naciones, y luego vendrá el fin.

    15. Por tanto, cuando vean la señal de la ABOMINACIÓN DESTRUCTORA de la cual se habló en el profeta Daniel, colocada en el lugar santo (el que lea entienda),

    16. entonces los que estén en Judea huyan al monte,

    17. y el que esté en la azotea, no baje a recoger lo que esté en su casa,

    18. y el que esté en el campo, no retroceda para recoger su ropa.

    19. Pero, ¡ay de las que estén embarazadas y de las que estén criando en esos días!

    20. Oren, pues, para que su huída no ocurra durante clima tormentoso ni en día de reposo,

    21. porque habrá entonces una gran aflicción, tal como no la ha habido desde el principio del mundo hasta hoy, ni la volverá a haber.

    22. Y si no fueran hechos pocos aquellos días, ninguna carne sobreviviría. Pero a causa de los escogidos, esos días serán pocos.

    23. Si alguno les dice en ese entonces: "Miren, allí está el Cristo", o allá, no lo crean;

    24. porque surgirán falsos ungidos y falsos profetas, y realizarán grandes señales, para engañar, de ser posible, incluso a los escogidos.

    25. Vean que se los he dicho con anticipación.

    26. Por eso, si les dicen: "Miren está en el desierto", no salgan; o: "Miren, está en la habitación interior", no lo crean.

    27. Porque así como el relámpago surge del oriente y es visto hasta el occidente, así será la venida del Hijo del Hombre.

    28. Dondequiera que esté el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.

    La venida del Hijo del Hombre

    29. Inmediatamente después de la aflicción de aquellos días, el sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán de los cielos y las potestades de los cielos serán sacudidas.

    30. En ese tiempo aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y entonces harán duelo todas las razas de la Tierra, y verán al HIJO DEL HOMBRE VINIENDO EN NUBES DEL CIELO con poder y gran gloria,

    31. y enviará a sus ángeles con gran trompeta y reunirán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.

    32. Ahora bien, de la higuera aprendan la ilustración: después de que se ponen tiernas sus ramas y brotan sus hojas, saben que el verano ha llegado.

    33. Así también ustedes, cuando vean todas estas cosas, entiendan que ha llegado, está a la puerta.

    34. En verdad les digo que esta raza[41] no pasará hasta que todo esto acontezca.

    35. Los cielos y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

    36. Pero acerca de aquel día y de aquella hora, nadie sabe, ni siquiera los ángeles del Cielo, sino solo el Padre.

    37. Porque tal como fue en los día de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.

    38. Pues así como antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, tomando mujeres y dándolas a los varones, hasta el día en que Noé entró en el arca,

    39. y no comprendieron hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos, así será la venida del Hijo del Hombre.

    40. En aquel tiempo estarán dos en una aldea; uno será llevado y el otro será dejado.

    41. Estarán dos mujeres moliendo en un molino; una será llevada y la otra será dejada.

    42. Estén, pues, alertas, porque no saben a qué hora vendrá su Señor.

    43. Pero entiendan esto: si el dueño de la casa supiera en qué hora de la noche vendrá el ladrón, estaría alerta y no permitiría que irrumpiera en su casa.

    44. Por tal motivo, ustedes también estén listos, porque el Hijo del Hombre vendrá a una hora que no esperan.

    45. Ahora bien, ¿quién es el siervo fiel y prudente a quien su amo designó sobre sus consiervos para darles alimento a su tiempo?

    46. Dichoso aquel siervo a quien, cuando su amo venga, lo halle haciendo así.

    47. En verdad les digo que lo designará sobre todo lo que posee.

    48. Sin embargo, si ese mal esclavo dijera en su corazón: "Mi amo tardará en volver",

    49. y comenzara a agredir a sus consiervos y a comer y beber con los que se embriagan,

    50. el amo de aquel siervo llegará en un día que no espera, y a una hora que no sabe,

    51. y lo pondrá aparte y le asignará su lugar con los hipócritas. Allí será su llanto y el crujir de dientes.