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viernes, agosto 16, 2024
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    Mateo 26 - Peshita (Nuevo Testamento)

    El complot para prender a Jesús

    1. Y aconteció que habiendo terminado Jesús de hablar todas estas cosas, dijo a sus discípulos:

    2. Ustedes saben que la Pascua se celebra dentro de dos días, y el Hijo del Hombre va a ser entregado para que lo crucifiquen.

    3. Entonces se reunieron los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos del pueblo en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás,

    4. y tomaron consejo de cómo prender con engaño a Jesús y darle muerte,

    5. pero decían: Que no sea durante la fiesta, para que no haya tumulto entre el pueblo.

    Jesús es ungido en Betania

    6. Cuando estaba Jesús en Betania, en la casa de Simón el leproso,

    7. una mujer que tenía un frasco de alabastro con un costoso perfume, se le acercó y lo derramó sobre la cabeza de Jesús estando Él sentado a la mesa.

    8. Cuando sus discípulos vieron esto, se indignaron, y dijeron: ¿Para qué este desperdicio?;

    9. porque este perfume podía haberse vendido por una gran cantidad y haberlo dado a los pobres.

    10. Y Jesús, comprendiéndolo, les dijo: ¿Por qué molestan a esta mujer?; ella ha hecho una buena obra conmigo,

    11. porque siempre tendrán a los pobres entre ustedes, pero no siempre me tendrán a mí,

    12. y al derramar ella este perfume sobre mi cuerpo, lo hizo para prepararme para la sepultura.

    13. De cierto les digo que en cualquier parte que se proclame este mi Evangelio en el mundo entero, también se hablará de lo que ha hecho ella para memoria suya.

    Judas ofrece entregar a Jesús

    14. Entonces uno de los doce, cuyo nombre era Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes,

    15. y les dijo: ¿Qué me ofrecen a cambio de que yo se los entregue? Ellos convinieron con él en treinta piezas de plata.

    16. Y desde entonces él buscaba el momento oportuno para entregarlo.

    Institución de la Cena del Señor

    17. El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, se acercaron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que te preparemos la Pascua para que la comas?

    18. Y Él les contestó: Vayan a la ciudad, a cierto varón, y díganle: "Nuestro Maestro dice: 'Mi tiempo ha llegado. Yo celebraré la Pascua en tu casa, juntamente con mis discípulos' ".

    19. Los discípulos hicieron tal como Jesús les había ordenado, y prepararon la Pascua.

    20. Cuando atardecía, Él se sentó a la mesa con sus doce discípulos,

    21. y mientras comían, dijo: De cierto les digo que uno de ustedes me entregará.

    22. Entonces ellos, profundamente entristecidos, uno por uno comenzó a preguntarle: ¿Soy yo, Señor mío?

    23. Pero Él contestó, diciendo: El que mete su mano conmigo en el plato, ése me entregará.

    24. El Hijo del Hombre va a la muerte, como está escrito respecto a Él, pero ¿ay del hombre mediante quien el Hijo del Hombre es entregado! Mejor le fuera a ese hombre si no hubiera sido engendrado.

    25. Entonces Judas, el traidor, respondió diciendo: ¿acaso soy yo, Maestro? Jesús le dijo: Tú lo has dicho.

    26. Y mientras comían, tomando Jesús el pan, lo bendijo, y partiéndolo, lo repartió a sus discípulos, diciendo: Tomen y coman, esto es mi cuerpo.

    27. Y tomando la copa, dio gracias, y les dio, diciendo: Tomen, beban todos ustedes de ella.

    28. Esto es mi sangre del nuevo pacto que es derramada por muchos para el perdón de pecados.

    29. Y les digo que de ahora en adelante no beberé de este fruto de la vid hasta el día cuando lo beba nuevo con ustedes en el reino de Dios.

    Jesús anuncia la negación de Pedro

    30. Y despúes de entonar alabanzas, partieron hacia el Monte de Los Olivos.

    31. Luego Jesús les dijo: Esta noche todos ustedes tropezarán por mi causa, pues está escrito: "HERIRÉ AL PASTOR Y LAS OVEJAS DE SU REBAÑO SERÁN DISPERSADAS",

    32. pero después de que haya resucitado, iré antes que ustedes a Galilea.

    33. Pedro le respondió, diciendo: Aunque todos tropiecen por tu causa, yo jamás tropezaré por causa tuya.

    34. Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces.

    35. Pedro le dijo: Aunque tenga que morir contigo, no te negaré, y todos los discípulos dijeron también lo mismo.

    Jesús ora en Getsemaní

    36. Cuando llegó Jesús con ellos a un lugar llamado Getsemaní, dijo a sus discípulos: Siéntense aquí mientras yo voy a orar.

    37. Y tomando con Él a Pedro y los dos hijos de Zebedeo, empezó a entristecerse y a angustiarse,

    38. y les dijo: Mi alma está angustiada hasta la muerte. Espérenme aquí y velen conmigo.

    39. Retirándose un poco, cayó sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa. Pero no sea como yo quiero, sino como tú.

    40. Acercándose luego a sus discípulos, los encontró durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no pudieron velar conmigo una hora?

    41. Manténganse alertas y oren para que no entren en tentación. El espíritu está dispuesto, pero la carne es débil.

    42. Nuevamente se retiró, y orando por segunda ocasión, dijo: Padre mío, si no es posible que pase esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.

    43. Y se acercó de nuevo y los encontró dormidos, porque sus ojos estaban cargados de sueño[42].

    44. Los dejó, y retirándose nuevamente a orar por tercera ocasión, dijo las mismas palabras.

    45. Entonces se acercó a sus discípulos y les dijo: De ahora en adelante duerman y reposen. He aquí, ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre ha sido entregado en manos de pecadores.

    46. ¡Levántense, vámonos! He aquí, ya llegó el que me ha entregado.

    Arresto de Jesús

    47. Mientras Él estaba hablando, he aquí que llegó Judas el traidor, uno de los doce, y con él una gran multitud con espadas y garrotes de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo.

    48. Judas, el traidor, les había dado una señal, diciendo: "Al que yo bese, ése es; aprehéndanlo".

    49. Y acercándose de inmediato a Jesús, le dijo: ¡Paz, Maestro!, y lo besó.

    50. Entonces Jesús le dijo: Compañero mío, ¿a esto has venido? Entonces se acercaron, y echándole mano a Jesús, lo aprehendieron,

    51. y he aquí que uno de los que estaban con Jesús, extendiendo su mano desenvainó una espada, e hiriendo a un criado del sumo sacerdote, le cortó la oreja.

    52. Entonces Jesús le dijo: Vuelve la espada a su vaina, porque todos los que tomen espada, a espada perecerán.

    53. ¿Acaso piensas que no puedo suplicar a mi Padre y Él me asignaría ahora mismo más de doce legiones de ángeles?

    54. Pero entonces, ¿cómo se cumplirían las Escrituras de que es necesario que así acontezca?

    55. En aquella hora Jesús dijo a la muchedumbre: ¿Han salido como contra un ladrón con espadas y garrotes para prenderme? Todos los días me sentaba con ustedes en el templo para enseñar, y no me prendieron,

    56. pero esto ha acontecido para que las Escrituras de los profetas se cumplan. Entonces todos los discípulos, dejándolo, huyeron.

    Jesús ante el concilio

    57. Los que aprehendieron a Jesús, lo llevaron ante el sumo sacerdote Caifás, donde se encontraban reunidos los escribas y los ancianos,

    58. y Simón Pedro lo seguía de lejos hasta el patio del sumo sacerdote, y al entrar se sentó entre los guardias para ver el desenlace.

    59. Mientras, los principales sacerdotes, los ancianos y todo el concilio, buscaban testigos contra Jesús para darle muerte,

    60. pero no hallaron; y se presentaron muchos falsos testigos. Y más tarde se presentaron dos

    61. que dijeron: Este afirmaba que podía derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo.

    62. Entonces el sumo sacerdote se puso de pie, y le dijo: ¿Nada respondes a este asunto? ¿Qué testifican estos contra tí?

    63. Pero Jesús guardaba silencio, y el sumo sacerdote le habló, diciendo: Por el Dios viviente te conmino a que bajo juramento nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios.

    64. Jesús le respondió: Tú lo has dicho. Además yo les digo que de aquí en adelante verán AL HIJO DEL HOMBRE SENTADO A LA DIESTRA DEL PODER Y VINIENDO SOBRE NUBES DEL CIELO.

    65. Entonces el sumo sacerdote, rasgando sus vestiduras, dijo: ¡He aquí, ha blasfemado! Por tanto, ¿qué necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora ustedes escucharon su blasfemia.

    66. ¿Que quieren? Contestándole ellos, dijeron: ¡Sea condenado a muerte!

    67. Entonces le escupieron la cara, lo abofetearon, y otros, golpeándolo,

    68. decían: ¡Profetiza, Cristo! ¿Quién es el que te golpeó?

    Pedro niega a Jesús

    69. Estando Pedro sentado afuera en el patio, se le acercó una criada, y le dijo: Tú también estabas con Jesús el Nazareno,

    70. pero él lo negó delante de todos, diciendo: No sé de qué estás hablando.

    71. Al salir al portal, lo miró otra criada, y les dijo: Este también estaba allí junto con Jesús el Nazareno,

    72. pero de nuevo lo negó con juramento, diciendo: Yo no conozco a tal hombre.

    73. Después de un rato, se le acercaron los que estaban allí de pie, y dijeron a Pedro: Ciertamente también tú eres uno de ellos, porque aún tu manera de hablar te delata.

    74. Entonces él empezó a maldecir y a proferir juramentos, diciendo: ¡No conozco a ese hombre! Y en ese preciso momento cantó el gallo.

    75. Y Pedro, recordando lo que Jesús le había dicho: "Antes de que el gallo cante me negarás tres veces", salió afuera y lloró amargamente.