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sábado, julio 20, 2024
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    Job 29 - Reina Valera 1909

    Job recuerda su felicidad anterior

    1. Y VOLVIÓ Job á tomar su propósito, y dijo:

    2. ¡Quién me tornase como en los meses pasados, Como en los días que Dios me guardaba,

    3. Cuando hacía resplandecer su candela sobre mi cabeza, A la luz de la cual yo caminaba en la oscuridad;

    4. Como fué en los días de mi mocedad, Cuando el secreto de Dios estaba en mi tienda;

    5. Cuando aún el Omnipotente estaba conmigo, Y mis hijos alrededor de mi;

    6. Cuando lavaba yo mis caminos con manteca, Y la piedra me derramaba ríos de aceite!

    7. Cuando salía á la puerta á juicio, Y en la plaza hacía preparar mi asiento,

    8. Los mozos me veían, y se escondían; Y los viejos se levantaban, y estaban en pie;

    9. Los príncipes detenían sus palabras, Ponían la mano sobre su boca;

    10. La voz de los principales se ocultaba, Y su lengua se pegaba á su paladar:

    11. Cuando los oídos que me oían, me llamaban bienaventurado, Y los ojos que me veían, me daban testimonio:

    12. Porque libraba al pobre que gritaba, Y al huérfano que carecía de ayudador.

    13. La bendición del que se iba á perder venía sobre mí; Y al corazón de la viuda daba alegría.

    14. Vestíame de justicia, y ella me vestía como un manto; Y mi toca era juicio.

    15. Yo era ojos al ciego, Y pies al cojo.

    16. A los menesterosos era padre; Y de la causa que no entendía, me informaba con diligencia:

    17. Y quebraba los colmillos del inicuo, Y de sus dientes hacía soltar la presa.

    18. Y decía yo: En mi nido moriré, Y como arena multiplicaré días.

    19. Mi raíz estaba abierta junto á las aguas, Y en mis ramas permanecía el rocío.

    20. Mi honra se renovaba en mí, Y mi arco se corroboraba en mi mano.

    21. Oíanme, y esperaban; Y callaban á mi consejo.

    22. Tras mi palabra no replicaban, Y mi razón destilaba sobre ellos.

    23. Y esperábanme como á la lluvia, Y abrían su boca como á la lluvia tardía.

    24. Si me reía con ellos, no lo creían: Y no abatían la luz de mi rostro.

    25. Calificaba yo el camino de ellos, y sentábame en cabecera; Y moraba como rey en el ejército, Como el que consuela llorosos.