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jueves, julio 18, 2024
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    Romanos 9 - Reina Valera 1865

    La elección de Israel

    1. VERDAD digo en Cristo, no miento, dándome testimonio mi conciencia en el Espíritu Santo:

    2. Que tengo gran tristeza, y continuo dolor en mi corazón.

    3. Porque deseara yo mismo ser anatema de Cristo por causa de mis hermanos, los que son mis parientes según la carne:

    4. Que son Israelitas, de los cuales es la adopción, y la gloria, y los conciertos, y la ley dada, y el culto, y las promesas;

    5. Cuyos son los padres, y de los cuales vino Cristo según la carne, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.

    6. No empero que la palabra de Dios haya faltado; porque no todos los que son de Israel son Israelitas:

    7. Ni por ser simiente de Abraham luego son todos hijos; mas: En Isaac te será llamada simiente.

    8. Quiere decir: No los que son hijos de la carne, estos son los hijos de Dios; mas los que son hijos de la promesa, estos son contados en la generación.

    9. Porque la palabra de la promesa es esta: Como en este tiempo vendré; y tendrá Sara un hijo.

    10. Y no solo esta, mas también Rebeca concibiendo de una vez, a saber, de Isaac nuestro padre;

    11. (Porque no siendo aun nacidos, ni habiendo hecho aun ni bien ni mal, para que permaneciese el propósito de Dios conforme a la elección, no por las obras, sino por el que llama;)

    12. Le fué dicho, que el mayor serviría al menor:

    13. Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.

    14. ¿Qué diremos pues? ¿Qué hay injusticia acerca de Dios? En ninguna manera.

    15. Porque a Moisés dice: Tendré misericordia del que tendré misericordia; y me compadeceré del que me compadeceré.

    16. Así que no es del que quiere, ni del que corre; sino de Dios, que tiene misericordia.

    17. Porque la Escritura dice de Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en tí mi poder, y que mi nombre sea anunciado por toda la tierra.

    18. De manera que del que quiere tiene misericordia; y al que quiere, endurece.

    19. Me dirás pues: ¿Por qué pues se enoja? ¿porque quién ha resistido a su voluntad?

    20. Mas ántes, oh hombre, ¿tú, quién eres, para que alterques con Dios? ¿o dirá el vaso de barro al que le labró: Por qué me has hecho así?

    21. ¿O no tiene potestad el ollero para hacer de la misma masa un vaso para honra, y otro para vergüenza?

    22. ¿Y qué, si Dios queriendo mostrar su ira, y hacer notorio su poder, soportó con mucha mansedumbre los vasos de ira, preparados para destrucción;

    23. Y haciendo notorias las riquezas de su gloria para con los vasos de misericordia, que él ha ántes preparado para gloria;

    24. A los cuales también llamó, es a saber, a nosotros, ni solo de los Judíos, mas también de los Gentiles?

    25. Como también en Oséas dice: Llamaré al que no era mi pueblo, pueblo mío; y amada, a la que no era amada.

    26. Y será que en el lugar donde ántes les era dicho: Vosotros no sois pueblo mío; allí serán llamados hijos del Dios viviente.

    27. Isaías también clama tocante a Israel: Aunque fuere el número de los hijos de Israel como la arena de la mar, un residuo será salvo.

    28. Porque él consumará la obra, y la abreviará en justicia; porque obra abreviada hará el Señor sobre la tierra.

    29. Y como ántes dijo Isaías: Si el Señor de los ejércitos no nos hubiera dejado simiente, como Sodoma fuéramos hechos, y como Gomorra fuéramos semejantes.

    La justicia que es por fe

    30. ¿Qué diremos pues? Que los Gentiles que no seguían justicia han alcanzado la justicia: es a saber, la justicia que es por la fé;

    31. E Israel que seguía la ley de justicia, no ha alcanzado a la ley de la justicia.

    32. ¿Por qué? Porque no la buscaron por fé; mas como por las obras de la ley. Por lo cual tropezaron en la piedra de tropiezo;

    33. Como está escrito: He aquí, pongo en Sión piedra de tropiezo, y roca de caida; y todo aquel que creyere en él, no será avergonzado.