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lunes, julio 1, 2024
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    Eclesiastés 3 - Reina Valera 1977

    Todo tiene su tiempo

    1. Todo tiene su tiempo, y todo lo que se hace debajo del cielo tiene su hora.

    2. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;

    3. tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;

    4. tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;

    5. tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar;

    6. tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar;

    7. tiempo de rasgar, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar;

    8. tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.

    9. ¿Qué provecho saca el que trabaja, de aquello en que se afana?

    10. Yo he observado la tarea que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en ella.

    11. Todo lo hizo hermoso en su sazón; y ha puesto el mundo en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a descubrir la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.

    12. Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y pasarlo bien en su vida;

    13. y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce del producto de toda su labor.

    14. He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre ello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres.

    15. Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.

    Injusticias de la vida

    16. Vi más debajo del sol: en la sede del juicio hay impiedad; y en el lugar de la justicia, allí iniquidad.

    17. Y dije yo en mi corazón: Al justo y al impío juzgará Dios; porque allí hay un tiempo para todo lo que se quiere y para todo lo que se hace.

    18. Dije en mi corazón: Es así, por causa de los hijos de los hombres, para que Dios los pruebe, y para que vean que de sí mismos son semejantes a las bestias.

    19. Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros, y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad.

    20. Todo va a un mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo.

    21. ¿Quién sabe si el espíritu de los hijos de los hombres sube arriba, y si el espíritu del animal desciende abajo a la tierra?

    22. Así, pues, he visto que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse en su trabajo, porque ésta es su parte; porque ¿quién le hará ver lo que ha de ser después de él?