Hechos 14 - Reina Valera 1977Pablo y Bernabé en Iconio1. Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud, tanto de judíos, como de griegos. 2. Mas los judíos que no creían excitaron y tornaron hostiles los ánimos de los gentiles contra los hermanos. 3. Por tanto, se detuvieron allí mucho tiempo, hablando con denuedo, confiados en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen por medio de las manos de ellos señales y prodigios. 4. Y la gente de la ciudad estaba dividida: unos estaban con los judíos, y otros con los apóstoles. 5. Pero cuando los judíos y los gentiles, juntamente con sus gobernantes, se lanzaron a afrentarlos y apedrearlos, 6. dándose ellos cuenta, huyeron a las ciudades de Licaonia, a Listra y Derbe, y a toda la región circunvecina, 7. y allí se pusieron a predicar el evangelio. Pablo es apedreado en Listra8. Y había en Listra cierto hombre sentado, imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jamás había andado. 9. Éste oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos, y viendo que tenía fe para ser sanado, 10. dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él dio un salto y se puso a caminar. 11. Entonces la gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz, diciendo en lengua licaónica: Los dioses se han hecho semejantes a los hombres y han bajado hasta nosotros. 12. Y llamaban a Bernabé Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque éste era el que dirigía la palabra. 13. Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba a la entrada de la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quería ofrecer sacrificios. 14. Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron en medio de la multitud, dando voces 15. y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? También nosotros somos hombres de igual condición que vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay. 16. En las generaciones pasadas él ha dejado a todas las gentes andar en sus propios caminos; 17. si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y estaciones del año fructíferas, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones. 18. Y diciendo estas cosas, a duras penas lograron impedir que la multitud les ofreciese sacrificio. 19. Entonces vinieron de Antioquía y de Iconio unos judíos, que persuadieron a la multitud, y después de apedrear a Pablo, le arrastraron fuera de la ciudad, suponiendo que estaba muerto. 20. Pero rodeándole los discípulos, se levantó y entró en la ciudad; y al día siguiente salió con Bernabé para Derbe. 21. Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, 22. fortaleciendo los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es menester que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios. 23. Les designaron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído. El regreso a Antioquía de Siria24. Pasando después por Pisidia, vinieron a Panfilia. 25. Y habiendo predicado la palabra en Perge, descendieron a Atalia. 26. De allí navegaron a Antioquía, desde donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían cumplido. 27. Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles. 28. Y se quedaron allí mucho tiempo con los discípulos. |