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sábado, agosto 17, 2024
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    Hechos 9 - Reina Valera 1977

    Conversión de Saulo

    1. Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote,

    2. y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallaba algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén.

    3. Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo;

    4. y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?

    5. Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.

    6. Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.

    7. Y los hombres que iban de camino con él, se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie.

    8. Entonces Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía abiertos los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole de la mano, le metieron en Damasco,

    9. y estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.

    10. Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor.

    11. Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Recta, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque mira, está orando,

    12. y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista.

    13. Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén;

    14. y aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre.

    15. El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel;

    16. porque yo le mostraré cuánto es menester que padezca por mi nombre.

    17. Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.

    18. Y al momento cayeron de sus ojos como escamas, y recobró al instante la vista; se levantó y fue bautizado.

    19. Y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que había en Damasco.

    Saulo predica en Damasco

    20. Y en seguida se puso a predicar a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios.

    21. Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es éste el que perseguía en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso había venido acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes?

    22. Pero Saulo mucho más se llenaba de poder, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo.

    Saulo escapa de los judíos

    23. Pasados bastantes días, los judíos resolvieron en consejo matarle;

    24. pero su decisión llegó a conocimiento de Saulo. Y ellos guardaban las puertas de día y de noche para matarle.

    25. Entonces los discípulos, tomándole de noche, le bajaron por una abertura del muro, descolgándole en una canasta.

    Saulo en Jerusalén

    26. Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo.

    27. Entonces Bernabé, tomándole, lo condujo ante los apóstoles, y les relató cómo Saulo había visto en el camino al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús.

    28. Y estaba con ellos en Jerusalén; y entraba y salía,

    29. y hablaba denodadamente en el nombre del Señor, y disputaba con los griegos; pero éstos intentaban matarle.

    30. Cuando se enteraron de esto los hermanos, le llevaron hasta Cesarea, y le enviaron a Tarso.

    31. Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria, siendo edificadas y andando en el temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por la consolación del Espíritu Santo.

    Curación de Eneas

    32. Aconteció que Pedro, cuando recorría todos aquellos lugares, vino también a los santos que habitaban en Lida.

    33. Y halló allí a un hombre que se llamaba Eneas, que hacía ocho años que estaba en cama, pues era paralítico.

    34. Y le dijo Pedro: Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y haz tu cama. Y en seguida se levantó

    35. Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor.

    Dorcas es resucitada

    36. Había entonces en Jope una discípula llamada Tabitá, que traducido quiere decir Dorcás. Ésta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía.

    37. Y aconteció que en aquellos días enfermó y murió. Después de lavada, la pusieron en la estancia superior.

    38. Y como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, a rogarle: No tardes en venir a nosotros.

    39. Levantándose entonces Pedro, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron a la estancia superior, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcás hacía cuando estaba con ellas.

    40. Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabitá, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó.

    41. Y él, dándole la mano, la levantó; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva.

    42. Esto fue notorio en toda Jope, y muchos creyeron en el Señor.

    43. Y aconteció que se quedó bastantes días en Jope en casa de un cierto Simón, curtidor.