Job 7 - Reina Valera 1977Job argumenta contra Dios1. ¿No es acaso una milicia la vida del hombre sobre la tierra, Y sus días como los días del jornalero? 2. Como el esclavo que suspira por la sombra, Y como el jornalero que espera el salario de su trabajo, 3. Así he recibido por herencia meses de calamidad, Y noches de fatiga me fueron asignadas. 4. Cuando estoy acostado, digo: ¿Cuándo me levantaré? Mas la noche se me hace larga, y estoy lleno de inquietudes hasta el alba. 5. Mi carne está cubierta de gusanos, y de costras terrosas; Mi piel, hendida y abominable. 6. Mis días han pasado más veloces que la lanzadera del tejedor, Y fenecieron sin esperanza. 7. Acuérdate que mi vida es soplo, Y que mis ojos no volverán a ver la dicha. 8. Los ojos de los que me ven, no me verán más; Fijarás en mí tus ojos, y habré dejado de existir. 9. Como la nube se desvanece y se va, Así el que desciende al Seol no subirá; 10. No volverá más a su casa, Ni su lugar volverá a verle a él. 11. Por tanto, no refrenaré mi lengua; Hablaré en la angustia de mi espíritu, Y me quejaré con la amargura de mi alma. 12. ¿Soy yo el mar, o un monstruo marino, Para que me pongas guarda? 13. Cuando digo: Me aliviará mi lecho, Mi cama atenuará mis quejas; 14. Entonces me asustas con sueños, Y me aterras con visiones. 15. Y así mi alma preferiría la estrangulación, Y la muerte más que estos huesos a los que el dolor me ha reducido. 16. Abomino de mi vida; no he de vivir para siempre; Déjame, pues, porque mis días son como un soplo. 17. ¿Qué es el hombre, para que tanto de él te ocupes, Y para que fijes en él tu atención, 18. Y lo inspecciones todas las mañanas, Y todos los momentos lo examines? 19. ¿Hasta cuándo no apartarás de mí tu mirada, Y no me soltarás siquiera hasta que trague mi saliva? 20. Si he pecado, ¿qué mal puedo hacerte a ti, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me pones por blanco tuyo, Hasta convertirme en una carga para ti? 21. ¿Y por qué no borras mi rebelión, y perdonas mi iniquidad? Porque luego dormiré en el polvo, Y si me buscas de mañana, ya no existiré. |