Job 9 - Reina Valera 1977Incapacidad de Job para responder a Dios1. Respondió Job, y dijo: 2. Ciertamente yo sé que es así; ¿Y cómo se justificará el hombre ante Dios? 3. Si quisiera discutir con él, No le podrá responder a una cosa entre mil. 4. Él es sabio de corazón, y poderoso en fuerzas; ¿Quién se endureció contra él, y le fue bien? 5. Él arranca los montes con su furor, Y no saben quién los trastornó; 6. Él sacude la tierra de su lugar, Y hace temblar sus columnas; 7. Él manda al sol, y no sale; Y guarda bajo sello las estrellas; 8. Él solo extendió los cielos, Y anda sobre las olas del mar; 9. Él hizo la Osa, el Orión y las Pléyades, Y las ocultas constelaciones del sur; 10. Él hace prodigios incomprensibles, Y maravillas sinnúmero. 11. He aquí que él pasará delante de mí, y yo no lo veré; Se deslizará, y no lo percibiré. 12. He aquí, arrebatará su presa; ¿quién le hará restituir? ¿Quién le dirá: Qué haces? 13. Dios no ceja en su cólera, Y debajo de él se abaten los que ayudan a Rahab. 14. ¿Cuánto menos le responderé yo, Y hablaré con él palabras escogidas? 15. Aunque tuviera yo razón, no respondería; Antes habría de implorar clemencia a mi juez. 16. Si yo le invocara, y él me respondiese, Aún no creería que hubiese escuchado mi voz. 17. Porque me ha quebrantado con tempestad, Y ha aumentado mis heridas sin causa. 18. No me ha concedido que tome respiro, Sino que me ha llenado de amarguras. 19. Si hablásemos de su potencia, por cierto es fuerte; Si de juicio, ¿quién le emplazará? 20. Si yo me justificase, me condenaría mi boca; Si me tuviese por perfecto esto me haría inicuo. 21. ¿Soy acaso intachable? Ni yo mismo me conozco; desprecio mi vida. 22. Una cosa resta que yo diga: Al perfecto y al impío él los consume. 23. Si un azote acarrea la muerte de improviso, Se ríe del sufrimiento de los inocentes. 24. La tierra es entregada en manos de los impíos, Y él cubre el rostro de sus jueces, Si no es él, ¿quién es? ¿Dónde está? 25. Mis días han sido más ligeros que un correo; Huyeron sin haber gustado la dicha. 26. Se deslizaron como lanchas de papiro; Como el águila que se arroja sobre la presa. 27. Si yo dijese: Olvidaré mi queja, Dejaré mi triste semblante, y me alegraré, 28. Me turban todos mis dolores; Sé que no me tendrás por inocente. 29. Y si soy culpable, ¿Para qué trabajaré en vano? 30. Aunque me lave con aguas de nieve, Y limpie mis manos con la limpieza más esmerada, 31. Aún me hundirías en el fango, Y mis propios vestidos me abominarían. 32. Porque él no es hombre como yo, para que yo le responda, Y vengamos juntamente a juicio. 33. No hay entre nosotros árbitro Que ponga su mano sobre nosotros dos. 34. Quite de sobre mí su vara, Y su terror no me espante. 35. Entonces hablaré, y no le temeré; Porque en este estado no soy dueño de mí. |