Proverbios 7 - Reina Valera 1977Las artimañas de la ramera1. Hijo mío, guarda mis razones, Y atesora contigo mis mandamientos. 2. Guarda mis mandamientos y vivirás, Y mi ley como las niñas de tus ojos. 3. Lígalos a tus dedos; Escríbelos en la tabla de tu corazón. 4. Di a la sabiduría: Tú eres mi hermana, Y a la inteligencia llama tu parienta; 5. Para que te guarden de la mujer ajena, Y de la extraña de palabras zalameras. 6. Porque estaba yo a la ventana de mi casa, Mirando por la reja; Vi entre los simples, 7. Distinguí entre los muchachos, A un joven falto de entendimiento, 8. El cual pasaba por la calle, junto a la esquina donde ella vivía, E iba camino de su casa, 9. A la tarde del día, cuando ya oscurecía, En la oscuridad y tinieblas de la noche. 10. Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro, Con atavío de ramera y disimulo en el corazón. 11. Bullanguera y revoltosa, Sus pies no pueden parar en casa; 12. Unas veces está en la calle, otras veces en las plazas, Acechando por todas las esquinas. 13. Le agarró, y le besó. Con semblante descarado le dijo: 14. Sacrificios de paz había prometido, Hoy he pagado mis votos; 15. Por tanto, he salido a encontrarte, Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado. 16. He adornado mi cama con colchas Recamadas con cordoncillo de Egipto; 17. He perfumado mi alcoba Con mirra, áloes y canela. 18. Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; Gocemos de las delicias del placer. 19. Porque mi marido no está en casa; Se ha ido a un largo viaje. 20. Se llevó la bolsa de dinero; Y hasta la luna llena no volverá a casa. 21. Lo rindió con la suavidad de sus muchas palabras, Le obligó con la zalamería de sus labios. 22. Al punto se marchó tras ella, Como va el buey al degolladero, Y como el necio a las prisiones para ser castigado; 23. Como el ave que se precipita hacia el lazo, Y no sabe que es contra vida, Hasta que la saeta traspasa su corazón. 24. Ahora pues, hijos, oídme, Y estad atentos a las razones de mi boca. 25. No se aparte tu corazón hacia sus caminos; No te extravíes por sus veredas. 26. Porque a muchos ha hecho caer heridos, Y aun los más robustos han sido muertos por ella. 27. Camino al Seol es su casa, Que conduce a las cámaras de la muerte. |