30.5 C
Miami
miércoles, julio 17, 2024
Más


    Proverbios 7 - Reina Valera 1977

    Las artimañas de la ramera

    1. Hijo mío, guarda mis razones, Y atesora contigo mis mandamientos.

    2. Guarda mis mandamientos y vivirás, Y mi ley como las niñas de tus ojos.

    3. Lígalos a tus dedos; Escríbelos en la tabla de tu corazón.

    4. Di a la sabiduría: Tú eres mi hermana, Y a la inteligencia llama tu parienta;

    5. Para que te guarden de la mujer ajena, Y de la extraña de palabras zalameras.

    6. Porque estaba yo a la ventana de mi casa, Mirando por la reja; Vi entre los simples,

    7. Distinguí entre los muchachos, A un joven falto de entendimiento,

    8. El cual pasaba por la calle, junto a la esquina donde ella vivía, E iba camino de su casa,

    9. A la tarde del día, cuando ya oscurecía, En la oscuridad y tinieblas de la noche.

    10. Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro, Con atavío de ramera y disimulo en el corazón.

    11. Bullanguera y revoltosa, Sus pies no pueden parar en casa;

    12. Unas veces está en la calle, otras veces en las plazas, Acechando por todas las esquinas.

    13. Le agarró, y le besó. Con semblante descarado le dijo:

    14. Sacrificios de paz había prometido, Hoy he pagado mis votos;

    15. Por tanto, he salido a encontrarte, Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado.

    16. He adornado mi cama con colchas Recamadas con cordoncillo de Egipto;

    17. He perfumado mi alcoba Con mirra, áloes y canela.

    18. Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; Gocemos de las delicias del placer.

    19. Porque mi marido no está en casa; Se ha ido a un largo viaje.

    20. Se llevó la bolsa de dinero; Y hasta la luna llena no volverá a casa.

    21. Lo rindió con la suavidad de sus muchas palabras, Le obligó con la zalamería de sus labios.

    22. Al punto se marchó tras ella, Como va el buey al degolladero, Y como el necio a las prisiones para ser castigado;

    23. Como el ave que se precipita hacia el lazo, Y no sabe que es contra vida, Hasta que la saeta traspasa su corazón.

    24. Ahora pues, hijos, oídme, Y estad atentos a las razones de mi boca.

    25. No se aparte tu corazón hacia sus caminos; No te extravíes por sus veredas.

    26. Porque a muchos ha hecho caer heridos, Y aun los más robustos han sido muertos por ella.

    27. Camino al Seol es su casa, Que conduce a las cámaras de la muerte.