Salmos 55 - Reina Valera 1977Plegaria pidiendo la destrucción de enemigos traicioneros Al músico principal; en Neginot. Masquil de David.1. Al músico principal; en Neginot. Masquil de David. Escucha, oh Dios, mi oración, Y no te retraigas a mi súplica. 2. Atiéndeme, y respóndeme; Clamo en mi oración, y me desasosiego, 3. A causa de los gritos del enemigo, Por la opresión del impío; Porque sobre mí vierten la iniquidad, Y con furor me persiguen. 4. Mi corazón se estremece dentro de mí, Y terrores de muerte sobre mí han caído. 5. El temor y el temblor vinieron sobre mí, Y el espanto me ha cubierto. 6. Y dije: ¡Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría. 7. Ciertamente huiría lejos; Moraría en el desierto. Selah 8. Me apresuraría a escapar Del viento borrascoso, de la tempestad. 9. Destrúyelos, oh Señor; confunde sus lenguas; Porque he visto violencias y discordias en la ciudad. 10. Día y noche la rodean sobre sus muros, E iniquidad y malicia hay en medio de ella. 11. Sólo insidias hay en medio de ella, Y la violencia y el fraude no se apartan de sus plazas. 12. Porque no me afrentó un enemigo, Lo cual habría soportado; Ni se alzó contra mí el que me aborrecía, Porque me hubiera ocultado de él; 13. Sino tú, hombre, al parecer íntimo mío, Mi amigo, y mi familiar; 14. Que juntos nos comunicábamos dulcemente los secretos, Y andábamos en amistad en la casa de Dios. 15. Que la muerte les sorprenda; Desciendan vivos al Seol, Porque la maldad anida en sus moradas, en el interior de ellos. 16. En cuanto a mí, a Dios clamaré; Y Jehová me salvará. 17. Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él oirá mi voz. 18. Él redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí, Aunque contra mí haya muchos. 19. Dios oirá, y los humillará luego, Él, que reina desde siempre; Por cuanto ellos no se enmiendan, Ni temen a Dios. Selah 20. Extendió el inicuo sus manos contra los que estaban en paz con él; Violó su pacto. 21. Los dichos de su boca son más blandos que la mantequilla, Pero hay guerra en su corazón; Suaviza sus palabras más que el aceite, Pero son espadas desenvainadas. 22. Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo. 23. Mas tú, oh Dios, harás descender aquéllos al pozo de perdición. Los hombres sanguinarios y engañadores no llegarán a la mitad de sus días, Pero yo en ti confiaré. |