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miércoles, julio 17, 2024
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    1 Pedro 4 - Reina Valera 1995

    Buenos administradores de la gracia de Dios

    1. Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne,[1] vosotros también armaos[2] del mismo pensamiento, pues quien ha padecido en la carne,[3] terminó con el pecado,[4]

    2. para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las pasiones humanas, sino conforme a la voluntad de Dios.[5]

    3. Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, placeres, borracheras, orgías, disipación y abominables idolatrías.[6]

    4. A estos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan;

    5. pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos,[7]

    6. porque por esto también ha sido predicado el evangelio[8] a los muertos, para que sean juzgados en carne[9] según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios.

    7. El fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios y velad en oración.

    8. Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor, porque el amor cubrirá multitud de pecados.[10]

    9. Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones.[11]

    10. Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores[12] de la multiforme gracia de Dios.

    11. Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.[13]

    Padeciendo como cristianos

    12. Amados, no os sorprendáis del fuego de la prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciera.[14]

    13. Al contrario, gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.[15]

    14. Si sois ultrajados por el nombre de Cristo,[16] sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, por lo que hace a ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.[17]

    15. Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, ladrón o malhechor, o por entrometerse en lo ajeno;

    16. pero si alguno padece como cristiano,[18] no se [email protected], sino glorifique a Dios por ello.

    17. Es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?

    18. Y "Si el justo con dificultad se salva, ¿qué pasará con el impíoy el pecador?"[19]

    19. De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas[20] al fiel Creador y hagan el bien.