1 Reyes 19 - Reina Valera 1995Elías huye a Horeb1. Acab dio a Jezabel la noticia de todo lo que Elías había hecho y de cómo había matado a espada a todos los profetas. 2. Entonces envió Jezabel[1] a Elías un mensajero para decirle: "Traigan los dioses sobre mí el peor de los castigos, si mañana a estas horas no he puesto tu persona como la de uno de ellos". 3. Viendo Elías el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida. Al llegar a Beerseba,[2] que está en Judá, dejó allí a su criado. 4. Luego de caminar todo un día por el desierto, fue a sentarse debajo de un enebro.[3] Entonces se deseó la muerte y dijo: "Basta ya, Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres".[4] 5. Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; pero un ángel lo tocó, y le dijo: "Levántate y come". 6. Miró y vio a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas y una vasija de agua; comió, bebió y volvió a dormirse. 7. Regresó el ángel de Jehová por segunda vez, lo tocó y le dijo: "Levántate y come, porque largo camino te resta". 8. Se levantó, pues, comió y bebió. Fortalecido con aquella comida anduvo cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios.[5] 9. Allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Llegó a él palabra de Jehová, el cual le dijo: --¿Qué haces aquí, Elías?[6] 10. Él respondió: --He sentido un vivo celo por Jehová, Dios de los ejércitos, porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares y han matado a espada a tus profetas. Solo yo he quedado y me buscan para quitarme la vida. 11. Jehová le dijo: --Sal fuera y ponte en el monte delante de Jehová. En ese momento pasaba Jehová, y un viento grande y poderoso rompía los montes y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Tras el viento hubo un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. 12. Tras el terremoto hubo un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego se escuchó un silbo apacible y delicado. 13. Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con el manto,[7] salió y se puso a la puerta de la cueva. Entonces le llegó una voz que le decía: --¿Qué haces aquí, Elías? 14. Él respondió: --He sentido un vivo celo por Jehová, Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares y han matado a espada a tus profetas. Solo yo he quedado y me buscan para quitarme la vida.[8] 15. Jehová le dijo: --Ve, vuelve por el mismo camino, hacia el desierto de Damasco. Llegarás y ungirás a Hazael como rey de Siria.[9] 16. A Jehú hijo[10] de Nimsi lo ungirás como rey de Israel,[11] y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, lo ungirás como profeta para que ocupe tu lugar.[12] 17. Al que escape de la espada de Hazael, Jehú lo matará, y al que escape de la espada de Jehú, Eliseo lo matará. 18. Pero haré que queden en Israel siete mil,[13] cuyas rodillas no se doblaron ante Baal[14] y cuyas bocas no lo besaron.[15] Llamamiento de Eliseo19. Partió de allí Elías y halló a Eliseo hijo de Safat, que estaba arando. Delante de él iban doce yuntas de bueyes,[16] y él conducía la última. Elías pasó ante él y echó sobre él su manto.[17] 20. Entonces dejó los bueyes, salió corriendo detrás de Elías y le dijo: --Te ruego que me dejes besar a mi padre y a mi madre; luego te seguiré. Y él le dijo: --Ve, regresa; ¿acaso te lo he impedido?[18] 21. Regresó Eliseo, tomó un par de bueyes y los mató; con el arado de los bueyes coció luego la carne[19] y la dio al pueblo para que comieran. Después se levantó, se fue tras Elías y lo servía. |