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    2 Samuel 13 - Reina Valera 1995

    Amnón y Tamar

    1. [1] Aconteció después de esto que, teniendo Absalón hijo de David una hermana muy hermosa, llamada Tamar, Amnón[2] hijo de David se enamoró de ella.[3]

    2. Estaba Amnón[4] tan angustiado que se enfermó a causa de su hermana Tamar, pues, por ser ella virgen, le parecía a Amnón que sería difícil hacerle cosa alguna.[5]

    3. Y tenía Amnón un amigo llamado Jonadab, hijo de Simea, hermano de David.[6] Jonadab era un hombre muy astuto,[7]

    4. y le dijo: --Hijo del rey, ¿por qué de día en día vas enflaqueciendo así? ¿No me lo revelarás a mí? Amnón le respondió: --Amo a Tamar, la hermana de mi hermano Absalón.

    5. Jonadab le dijo: --Acuéstate en tu cama y finge que estás enfermo; cuando tu padre venga a visitarte, dile: "Te ruego que Tamar, mi hermana, venga a darme de comer; que prepare alguna vianda en mi presencia para que yo la vea y ella misma me la sirva".

    6. Se acostó, pues, Amnón, y fingió que estaba enfermo. El rey vino a visitarlo, y Amnón le dijo: --Te ruego que venga mi hermana Tamar a preparar delante de mí dos hojuelas, y me las sirva con sus propias manos.

    7. Entonces David envió a decir a Tamar a su casa: --Ve ahora a casa de Amnón, tu hermano, y hazle de comer.

    8. Tamar fue a casa de su hermano Amnón, que estaba acostado, tomó harina, la amasó, hizo hojuelas delante de él y las coció.

    9. Tomó luego la sartén y las sacó delante de él; pero él no quiso comer, sino que dijo: "Echad fuera de aquí a todos". Y todos salieron de allí.

    10. Entonces Amnón dijo a Tamar: "Trae la comida a la alcoba y dame de comer con tus manos". Tamar tomó las hojuelas que había preparado y las llevó a su hermano Amnón a la alcoba.

    11. Cuando se las puso delante para que comiera, él la sujetó y le dijo: --Ven, hermana mía, acuéstate conmigo.

    12. Ella entonces le respondió: --No, hermano mío, no me fuerces, pues no se debe hacer así en Israel. No cometas tal infamia.

    13. Porque ¿adónde iría yo con mi deshonra? Y aun tú serías estimado como un perverso en Israel. Te ruego pues, ahora, que hables al rey; él no se negará a entregarme a ti.[8]

    14. Pero él no la quiso oir y, como podía más que ella, la violentó y se acostó con ella.

    15. Después Amnón la aborreció tan terriblemente, que el odio con que la aborreció fue mayor que el amor con que la había amado. Y le dijo Amnón: --Levántate y vete.

    16. Ella le respondió: --No hay razón; mayor mal[9] es este de arrojarme, que el que me has hecho. Pero él no la quiso oir,

    17. sino que llamando al criado que le servía, le dijo: --Échame a esta fuera de aquí, y cierra tras ella la puerta.

    18. Llevaba ella un vestido de diversos colores, traje que vestían las hijas vírgenes de los reyes. Su criado, pues, la echó fuera, y cerró la puerta tras ella.

    19. Entonces Tamar tomó ceniza y la esparció sobre su cabeza,[10] rasgó el vestido de diversos colores que tenía puesto, y con las manos sobre la cabeza, se fue gritando.

    Venganza y huida de Absalón

    20. Su hermano Absalón le dijo: --¿Ha estado contigo tu hermano Amnón? Pues calla ahora, hermana mía; es tu hermano. Que no se angustie tu corazón por esto. Tamar se quedó desconsolada en casa de su hermano Absalón.

    21. Cuando el rey David oyó todo esto, se enojó mucho.[11]

    22. Pero Absalón no dijo a Amnón ni malo ni bueno, aunque Absalón aborrecía a Amnón porque había forzado a su hermana Tamar.

    23. Pasados dos años, Absalón, que tenía esquiladores en Baal-hazor, junto a Efraín, convidó a todos los hijos del rey.[12]

    24. Se presentó Absalón al rey, y le dijo: --Tu siervo tiene ahora esquiladores; ruego que vengan el rey y sus siervos con tu siervo.

    25. El rey respondió a Absalón: --No, hijo mío, no vamos todos, para que no te seamos gravosos. Aunque porfió con él, el rey no quiso ir, pero lo bendijo.

    26. Entonces dijo Absalón: --Pues si no, te ruego que venga con nosotros Amnón, mi hermano. --¿Para qué ha de ir contigo? --le respondió el rey.

    27. Pero como Absalón insistía, dejó ir con él a Amnón y a todos los hijos del rey.[13]

    28. Absalón había dado orden a sus criados diciendo: "Os ruego que miréis cuando el corazón de Amnón esté alegre por el vino; y al decir yo: "Herid a Amnón", entonces matadlo. No temáis, pues yo os lo he mandado. Esforzaos, pues, y sed valientes".

    29. Los criados de Absalón hicieron con Amnón como Absalón les había mandado. Entonces se levantaron todos los hijos del rey, y montando cada uno en su mula,[14] huyeron.

    30. Aún estaban en camino cuando llegó a David un rumor que decía: "Absalón ha dado muerte a todos los hijos del rey; ninguno de ellos ha quedado".

    31. Levantándose entonces David, rasgó sus vestidos y se echó en tierra; todos los criados que estaban junto a él, también se rasgaron los vestidos.

    32. Pero Jonadab, hijo de Simea, hermano de David, habló y dijo: --No diga mi señor que han dado muerte a todos los jóvenes hijos del rey, pues sólo Amnón ha muerto; porque por mandato de Absalón había sido esto determinado desde el día en que Amnón forzó a su hermana Tamar.

    33. Por tanto, ahora no haga caso mi señor, el rey, de ese rumor que dice: "Todos los hijos del rey han muerto", pues solo Amnón ha muerto,

    34. y Absalón ha huido. Entre tanto, alzando sus ojos el joven que estaba de atalaya, miró y vio a mucha gente que venía por el camino que estaba a sus espaldas,[15] del lado del monte.

    35. Entonces dijo Jonadab al rey: --Son los hijos del rey, que vienen; tal como tu siervo había dicho.

    36. Cuando acabó de hablar, llegaron los hijos del rey, y alzando su voz lloraron. También el mismo rey y todos sus siervos lloraron con muy grandes lamentos.

    37. Pero Absalón huyó y fue a refugiarse junto a Talmai hijo de Amiud, rey de Gesur.[16] Y David lloraba por su hijo todos los días.

    38. Así huyó Absalón, se fue junto a Gesur y estuvo allá tres años.

    39. Y el rey David deseaba ver a Absalón, pues ya se había consolado de la muerte de Amnón.