Apocalipsis 16 - Reina Valera 1995Las copas de ira1. [1] Entonces oí desde el templo una gran voz que decía a los siete ángeles: "Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios". 2. Fue el primero y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia y que adoraban su imagen.[2] 3. El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y este se convirtió en sangre como de muerto, y murió todo ser viviente que había en el mar.[3] 4. El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre.[4] 5. Y oí que el ángel de las aguas decía: "Justo eres tú, Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas. 6. Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre, pues se lo merecen". 7. También oí a otro, que desde el altar decía: "¡Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos!" 8. El cuarto ángel derramó su copa sobre el sol,[5] al cual le fue permitido quemar a los hombres con fuego. 9. Los hombres fueron quemados con el gran calor y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria. 10. El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia, y su reino se cubrió de tinieblas.[6] La gente se mordía la lengua por causa del dolor 11. y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras, y no se arrepintieron de sus obras. 12. El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Éufrates, y el agua de este se secó[7] para preparar el camino a los reyes del oriente. 13. Vi salir de la boca del dragón, de la boca de la bestia y de la boca del falso profeta,[8] tres espíritus inmundos semejantes a ranas.[9] 14. Son espíritus de demonios, que hacen señales y van a los reyes de la tierra en todo el mundo para reunirlos para la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso. 15. "Yo vengo como ladrón.[10] Bienaventurado el que vela y guarda sus vestiduras, no sea que ande desnudo y vean su [email protected]".[11] 16. Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón.[12] 17. El séptimo ángel derramó su copa por el aire. Y salió una gran voz del santuario del cielo, desde el trono, que decía: "¡Ya está hecho!" 18. Entonces hubo relámpagos, voces,[13] truenos y un gran temblor de tierra, un terremoto[14] tan grande cual no lo hubo jamás desde que los hombres existen sobre la tierra. 19. La gran ciudad se dividió en tres partes y las ciudades de las naciones cayeron. La gran Babilonia[15] vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira.[16] 20. Toda isla huyó y los montes ya no fueron hallados.[17] 21. Del cielo cayó sobre los hombres un enorme granizo,[18] como del peso de un talento.[19] Y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo, porque su plaga fue sumamente grande. |