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miércoles, julio 17, 2024
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    Cantares 4 - Reina Valera 1995

    El esposo alaba a la esposa

    1. ¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa eres! ¡Tus ojos son como palomas[1] en medio de tus guedejas![2] Tus cabellos, como manada de cabras que bajan retozandolas laderas de Galaad.[3]

    2. Tus dientes, como manada de ovejas que suben del baño recién trasquiladas,[4] todas con crías gemelas, ninguna entre ellas estéril.

    3. Tus labios son como un hilo de grana; tu hablar, cadencioso; tus mejillas, como gajos de granada detrás de tu velo.

    4. Tu cuello, como la torre de David, edificada para armería:[5] de ella cuelgan mil escudos, escudos todos de valientes.

    5. Tus dos pechos, como gemelosde gacela[6] que se apacientan entre lirios.

    6. Mientras despunta el díay huyen las sombras, me iré al monte de la mirra, a la colina del incienso.[7]

    7. ¡Qué hermosa eres, amada mía! No hay defecto en ti.

    8. Ven conmigo del Líbano, esposa mía; baja del Líbano conmigo. Mira desde la cumbre del Amana,[8] desde la cumbre del Senir y del Hermón,[9] desde las guaridas de los leones, desde los montes de los leopardos.

    9. Me robaste el corazón, hermana,[10] esposa mía; me robaste el corazóncon una mirada tuya, con una gargantilla de tu cuello.

    10. ¡Cuán hermosos son tus amores, hermana, esposa mía! ¡Cuánto mejores que el vino tus amores, y la fragancia de tus perfumes más que toda especia aromática![11]

    11. ¡Esposa mía! Tus labios,como un panal, destilan miel; miel y leche[12] hay debajo de tu lengua, y el aroma de tus vestidos[13] es como la fragancia del Líbano.

    12. Jardín cerrado eres, hermana mía,esposa mía; fuente cerrada, sellado manantial,

    13. vergel[14] de renuevos de granado, de frutos suaves, de flores de alheña[15] y de nardos,

    14. nardo y azafrán, caña aromática y canela, árboles de incienso y de mirra, áloes[16] y las más aromáticas especias.

    15. Manantial de los jardines, pozo de aguas vivas que descienden del Líbano.

    16. ¡Levántate, Aquilón, y ven, Austro! ¡Soplad, y mi jardín desprendasus aromas! ¡Venga mi amado a su jardín y coma de sus dulces frutos!