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    Ester 6 - Reina Valera 1995

    Amán se ve obligado a honrar a Mardoqueo

    1. Aquella misma noche se le fue el sueño al rey, y pidió que le trajeran el libro de las memorias y crónicas y que las leyeran en su presencia.

    2. Entonces hallaron escrito que Mardoqueo había denunciado el complot de Bigtán y de Teres, dos eunucos del rey, de la guardia de la puerta, que habían planeado matar al rey Asuero.[1]

    3. Y el rey preguntó: --¿Qué honra o qué distinción se concedió a Mardoqueo por esto? Los servidores del rey, sus oficiales, respondieron: --Nada se ha hecho en su favor.

    4. Entonces el rey preguntó: --¿Quién está en el patio? En aquel momento llegaba Amán al patio exterior de la casa real, para pedirle al rey que ordenara colgar a Mardoqueo en la horca que él le tenía preparada.

    5. Y los servidores del rey le respondieron: --Amán está en el patio. --Que entre --dijo el rey.

    6. Entró, pues, Amán, y el rey le preguntó: --¿Qué debe hacerse al hombre a quien el rey quiere honrar? Amán dijo en su corazón: "¿A quién deseará el rey honrar más que a mí?"

    7. Respondió, pues, Amán al rey: --Para el hombre cuya honra desea el rey,

    8. traigan un vestido real que el rey haya usado y un caballo en que[2] el rey haya cabalgado, y pongan en su cabeza una corona real;[3]

    9. den luego el vestido y el caballo a alguno de los príncipes más nobles del rey, vistan a aquel hombre que el rey desea honrar, llévenlo en el caballo por la plaza de la ciudad y pregonen delante de él: "Así se hará al hombre que el rey desea honrar".

    10. Entonces el rey dijo a Amán: --Date prisa, toma el vestido y el caballo, como tú has dicho, y hazlo así con el judío Mardoqueo, que se sienta a la puerta real; no omitas nada de todo lo que has dicho.[4]

    11. Amán tomó el vestido y el caballo, vistió a Mardoqueo, lo condujo a caballo por la plaza de la ciudad e hizo pregonar delante de él: "Así se hará al hombre que el rey desea honrar".

    12. Después de esto, Mardoqueo volvió a la puerta real, y Amán se dio prisa para irse a su casa, apesadumbrado y cubierta su cabeza.

    13. Contó luego Amán a Zeres, su mujer, y a todos sus amigos, cuanto le había acontecido; sus consejeros y su mujer Zeres le dijeron: --Si ese Mardoqueo, ante quien has comenzado a declinar, pertenece a la descendencia de los judíos, no lo vencerás, sino que caerás por cierto delante de él.

    14. Aún estaban ellos hablando con él, cuando los eunucos del rey llegaron apresurados, a fin de llevar a Amán al banquete que Ester había dispuesto.