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viernes, agosto 16, 2024
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    Gálatas 6 - Reina Valera 1995

    1. Hermanos, si alguno es sorprendido en alguna falta,[1] vosotros que sois espirituales, restauradlo con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.[2]

    2. Sobrellevad los unos las cargas de los otros,[3] y cumplid así la ley de Cristo.[4]

    3. El que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.

    4. Así que, cada uno someta a prueba su propia obra y entonces tendrá, solo en sí mismo y no en otro, motivo de gloriarse,

    5. porque cada uno cargará con su propia responsabilidad.[5]

    6. El que es enseñado en la palabra haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye.[6]

    7. No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará,[7]

    8. porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.[8]

    9. No nos cansemos, pues, de hacer bien, porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.[9]

    10. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y especialmente a los de la familia de la fe.

    Pablo se gloría en la cruz de Cristo

    11. Mirad con cuán grandes letras[10] os escribo de mi propia mano.

    12. Todos los que quieren agradar en la carne, esos os obligan a que os circuncidéis, solamente para no padecer persecución a causa de la cruz de Cristo,[11]

    13. porque ni aun los mismos que se circuncidan guardan la Ley; pero quieren que vosotros os circuncidéis, para gloriarse en vuestra carne.[12]

    14. Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo,[13] por quien el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo,[14]

    15. porque, en Cristo Jesús, ni la circuncisión vale nada ni la incircuncisión, sino la nueva criatura.[15]

    16. A todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios.[16]

    17. De aquí en adelante nadie me cause molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús.[17]

    Bendición final

    18. Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.