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domingo, agosto 18, 2024
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    Génesis 28 - Reina Valera 1995

    1. Entonces Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le mandó diciendo: "No tomes mujer de las hijas de Canaán.

    2. Levántate, ve a Padan-aram,[1] a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre.

    3. Que el Dios omnipotente[2] te bendiga, te haga fructificar y te multiplique hasta llegar a ser multitud de pueblos;

    4. que te dé la bendición de Abraham, y a tu descendencia contigo, para que heredes la tierra en que habitas, la que Dios dio a Abraham".[3]

    5. Así envió Isaac a Jacob, el cual fue a Padan-aram, a Labán hijo de Betuel, el arameo, hermano de Rebeca, madre de Jacob y de Esaú.

    6. Vio Esaú cómo Isaac había bendecido a Jacob y lo había enviado a Padan-aram, para tomar allí mujer para sí; y que cuando lo bendijo le había mandado diciendo: "No tomarás mujer de las hijas de Canaán";

    7. y que Jacob había obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padan-aram.

    8. Vio asimismo Esaú que las hijas de Canaán no agradaban a Isaac, su padre;

    9. y se fue Esaú a Ismael, y tomó para sí por mujer, además de sus otras mujeres, a Mahalat, hija de Ismael hijo de Abraham, hermana de Nebaiot.[4]

    Dios se aparece a Jacob en Bet-el

    10. Jacob, pues, salió de Beerseba y fue a Harán.

    11. Llegó a un cierto lugar y durmió allí, porque ya el sol se había puesto. De las piedras de aquel paraje tomó una para su cabecera y se acostó en aquel lugar.

    12. Y tuvo un sueño: Vio una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo. Ángeles de Dios subían y descendían por ella.[5]

    13. Jehová estaba en lo alto de ella y dijo: "Yo soy Jehová, el Dios de Abraham, tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.

    14. Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente,[6]

    15. pues yo estoy contigo,[7] te guardaré dondequiera que vayas y volveré a traerte a esta tierra, porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho".

    16. Cuando Jacob despertó de su sueño, dijo: "Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía".

    17. Entonces tuvo miedo y exclamó: "¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios[8] y puerta del cielo".

    18. Se levantó Jacob de mañana, y tomando la piedra que había puesto de cabecera, la alzó por señal y derramó aceite encima de ella.[9]

    19. Y a aquel lugar le puso por nombre Bet-el,[10] aunque Luz[11] era el nombre anterior de la ciudad.

    20. Allí hizo voto Jacob, diciendo: "Si va Dios conmigo y me guarda en este viaje en que estoy, si me da pan para comer y vestido para vestir

    21. y si vuelvo en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios.

    22. Y esta piedra que he puesto por señal será casa de Dios; y de todo lo que me des, el diezmo apartaré para ti".[12]