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sábado, agosto 17, 2024
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    Jeremías 24 - Reina Valera 1995

    La señal de los higos buenos y malos

    1. [1] Después de haber transportado Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, a los príncipes de Judá, y a los artesanos y herreros[2] de Jerusalén, y haberlos llevado a Babilonia, me mostró Jehová dos cestas de higos puestas delante del templo de Jehová.

    2. Una cesta tenía higos muy buenos, como brevas; y la otra cesta tenía higos muy malos, que de tan malos no se podían comer.

    3. Y me dijo Jehová: "¿Qué ves tú, Jeremías?"[3] Yo dije: "Higos; higos buenos, muy buenos; y malos, muy malos, que de tan malos no se pueden comer".

    4. Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

    5. "Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Como a estos higos buenos, así miraré a los deportados de Judá, a los cuales eché de este lugar a la tierra de los caldeos, para su bien.

    6. Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los volveré a esta tierra. Los edificaré y no los destruiré; los plantaré y no los arrancaré.[4]

    7. Les daré un corazón[5] para que me conozcan que yo soy Jehová; y ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios,[6] porque se volverán a mí de todo corazón.

    8. "Y como a los higos malos, que de tan malos no se pueden comer, así ha dicho Jehová, pondré a Sedequías, rey de Judá, a sus príncipes y al resto de Jerusalén que quedó en esta tierra, y a los que habitan en la tierra de Egipto.[7]

    9. Y los daré por horror[8] y por mal a todos los reinos de la tierra, y por infamia, por refrán,[9] por burla y por maldición a todos los lugares donde yo los disperse.

    10. Y enviaré sobre ellos espada, hambre y peste,[10] hasta que sean exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus padres".