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    Jeremías 39 - Reina Valera 1995

    Caída de Jerusalén

    1. [1] En el noveno año de Sedequías, rey de Judá, en el mes décimo,[2] vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitiaron.

    2. En el undécimo año de Sedequías, en el mes cuarto,[3] a los nueve días del mes, se abrió una brecha en el muro de la ciudad.

    3. Entraron todos los jefes del rey de Babilonia y acamparon a la puerta del Medio:[4] Nergal-sarezer,[5] Samgar-nebo, Sarsequim, jefe de los eunucos, Nergal-sarezer, alto funcionario, y todos los demás jefes[6] del rey de Babilonia.[7]

    4. Al verlos, Sedequías, rey de Judá, y todos los hombres de guerra, huyeron y salieron de noche de la ciudad por el camino del huerto del rey, por la puerta entre los dos muros; y salió el rey por el camino del Arabá.[8]

    5. Pero el ejército de los caldeos los siguió, y alcanzaron a Sedequías en la llanura de Jericó.[9] Lo apresaron y lo hicieron subir a Ribla, en tierra de Hamat,[10] donde estaba Nabucodonosor, rey de Babilonia, el cual lo sentenció.

    6. Degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías en presencia de este, en Ribla.[11] Asimismo, el rey de Babilonia hizo degollar a todos los nobles de Judá,

    7. y al rey Sedequías le sacó los ojos y lo aprisionó con grillos para llevarlo a Babilonia.

    8. Los caldeos incendiaron la casa del rey y las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén.

    9. Al resto del pueblo que había quedado en la ciudad y a los que se habían adherido a él, con todo el resto del pueblo que había quedado, Nabuzaradán, capitán de la guardia, los deportó a Babilonia.

    10. Pero Nabuzaradán, capitán de la guardia, hizo que en tierra de Judá se quedaran los pobres del pueblo, los que nada tenían, y les dio viñas y heredades.

    Nabucodonosor cuida de Jeremías

    11. Nabucodonosor había dado órdenes a Nabuzaradán, capitán de la guardia, acerca de Jeremías, diciendo:

    12. "Tómalo y vela por él; no le hagas mal alguno, sino haz con él como él te diga".

    13. Por tanto, Nabuzaradán, capitán de la guardia, el jefe de los eunucos Nabusazbán, el alto funcionario Nergal-sarezer y todos los jefes del rey de Babilonia

    14. enviaron entonces a traer a Jeremías del patio de la cárcel, y lo entregaron a Gedalías hijo de Ahicam[12] hijo de Safán, para que lo llevara a casa.[13] Y habitó en medio del pueblo.

    Dios promete librar a Ebed-melec

    15. Estando preso Jeremías en el patio de la cárcel,[14] le vino palabra de Jehová, diciendo:

    16. "Ve, habla a Ebed-melec, el etíope,[15] y dile: "Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Yo traigo mis palabras sobre esta ciudad para mal y no para bien. Y esto sucederá en aquel día en presencia tuya.

    17. Pero en aquel día yo te libraré, dice Jehová, y no serás entregado en manos de aquellos a quienes tú temes.

    18. Ciertamente te libraré y no caerás a espada, sino que tu vida te será por botín,[16] porque tuviste confianza en mí, dice Jehová"".