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jueves, julio 18, 2024
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    Job 32 - Reina Valera 1995

    Eliú justifica su derecho de contestar a Job

    1. [1] Cesaron estos tres varones de responder a Job, por cuanto él era justo a sus propios ojos.

    2. Entonces Eliú[2] hijo de Baraquel, el buzita,[3] de la familia de Ram, se encendió en ira contra Job. Se encendió en ira por cuanto él se hacía justo a sí mismo más que a Dios.

    3. Igualmente se encendió en ira contra sus tres amigos, porque aunque habían condenado a Job, no sabían responderle.

    4. Eliú había esperado a Job en la disputa, porque los otros eran más viejos que él;

    5. pero viendo Eliú que no había respuesta en la boca de aquellos tres varones, se encendió en ira.

    6. Respondió Eliú hijo de Baraquel, el buzita, y dijo: "Yo soy joven y vosotros ancianos: por eso he tenido miedo.He temido declararos mi opinión.

    7. Yo decía: "Los días hablarán, los muchos años declararán sabiduría".

    8. Ciertamente espíritu hay en el hombre, y el soplo del Omnipotentelo hace que entienda.

    9. Pero no son los más sabioslos que tienen mucha edad, ni los ancianoslos que entienden el derecho.

    10. Por tanto, yo dije: "Escuchadme, declararé yo también mi sabiduría".[4]

    11. "Yo he esperado a vuestras razones, he escuchado vuestros argumentos, en tanto que buscabais palabras.

    12. Os he prestado atención, y no hay entre vosotrosquien redarguya a Job y responda a sus razones.[5]

    13. Para que no digáis:"Nosotros hemos hallado sabiduría. Es Dios quien lo vence, no el hombre".[6]

    14. Ahora bien,Job no dirigió contra mí sus palabras, ni yo le responderé con vuestras razones.

    15. "Se espantaron y ya no respondieron; se les acabaron los razonamientos.

    16. Yo, pues, he esperado,pero ellos no hablaban; antes bien, callarony no volvieron a responder.

    17. Por eso yo también responderé mi parte; también yo declararé mi juicio.

    18. Porque estoy repleto de palabras y por dentro me apremia el espíritu.

    19. De cierto mi corazón estácomo el vino que no tiene respiradero y que hace reventar los odres nuevos.

    20. Hablaré, pues, y respiraré; abriré mis labios y responderé.

    21. Y no haré ahora distinción de personas ni usaré con nadie de títulos lisonjeros.

    22. Porque no sé decir lisonjas, y si lo hiciera,pronto mi Hacedor me consumiría.