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miércoles, julio 17, 2024
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    Lamentaciones 4 - Reina Valera 1995

    El castigo de Sion consumado

    1. [1] ¡Cómo se ha ennegrecido el oro! ¡Cómo ha perdido el oro puro su brillo! Las piedras del santuario están esparcidaspor las encrucijadas de todas las calles.

    2. Los hijos de Sión, preciados y estimadosmás que el oro puro, ¡son ahora como vasijas de barro,obra de manos de alfarero!

    3. Aun los chacales dan las ubrespara amamantar a sus cachorros, pero la hija de mi pueblo es cruelcomo los avestruces del desierto.

    4. De sed se le pega al niño de pechola lengua al paladar; los pequeñuelos piden pan,y no hay quien se lo dé.

    5. Los que comían delicados manjaresdesfallecen por las calles;[2] los que se criaron entre púrpurase abrazan a los estercoleros.

    6. Porque más fue la iniquidad de la hijade mi pueblo que el pecado de Sodoma, que fue destruida en un instante,sin manos que se alzaran contra ella.[3]

    7. Sus nobles[4] eran más puros que la nieve,más blancos que la leche; más encendidos sus cuerpos que el coral,más hermoso su talle que el zafiro.

    8. Oscuro más que la negruraes ahora su aspecto:no se les reconoce por las calles; tienen la piel pegada a los huesos,seca como un palo.

    9. Más dichosos fueron los muertosa espada que los muertos por el hambre, porque estos murieron poco a pocopor faltarles los frutos de la tierra.

    10. Las manos de mujeres piadosascocieron a sus hijos: ¡Sus propios hijos les sirvieron de comidaen el día del desastre de la hijade mi pueblo![5]

    11. Cumplió Jehová su enojo,derramó el ardor de su ira y encendió en Sión un fuegoque consumió hasta sus cimientos.

    12. Nunca los reyes de la tierra ni ningunode los habitantes del mundo habrían creído que el enemigoy el adversario entraríapor las puertas de Jerusalén.[6]

    13. Fue por causa de los pecadosde sus profetas[7] y las maldadesde sus sacerdotes, que derramaron en medio de ellala sangre de los justos.

    14. Titubeaban por las calles como ciegos,contaminados con la sangre, de modo que no pudieran tocarsus vestiduras.[8]

    15. "¡Apartaos! ¡Un inmundo!", les gritaban:"¡Apartaos, apartaos, no toquéis!"[9] Huyeron, fueron dispersados.Entonces se dijo entre las naciones: "Nunca más morarán aquí".

    16. En su ira, Jehová los apartóy no los mirará más: No respetaron la presenciade los sacerdotesni tuvieron compasión de los viejos.

    17. Nuestros ojos desfallecenesperando en vano nuestro socorro; en nuestra esperanza aguardamosa una nación que no puede salvar.[10]

    18. Espiaban nuestros pasos para que noanduviéramos por las calles. Se acercaba nuestro fin: se habíancumplido nuestros díasy el fin había llegado.

    19. Más ligeros eran nuestros perseguidoresque las águilas del cielo; sobre los montes nos persiguieron,en el desierto nos pusieron emboscadas.

    20. El aliento de nuestras vidas,el ungido de Jehová,[11] de quien habíamos dicho: "A su sombra[12] tendremos vida entre las naciones",quedó apresado[13] en sus lazos.

    21. ¡Goza y alégrate, hija de Edom,tú que habitas en tierra de Uz!,[14] porque también a ti te llegará esta copa[15] y te embriagarás y vomitarás.

    22. Ya está cumplido tu castigo, hija de Sión:[16] Nunca más hará él que te lleven cautiva. Castigará él tu iniquidad, hija de Edom, y descubrirá tus pecados.[17]