Marcos 10 - Reina Valera 1995Jesús enseña sobre el divorcio1. Levantándose de allí, vino a la región de Judea y al otro lado del Jordán.[1] Y volvió el pueblo a juntarse a él, y de nuevo les enseñaba como solía. 2. Se acercaron los fariseos y le preguntaron, para tentarlo, si era lícito al marido repudiar a su mujer.[2] 3. Él, respondiendo, les dijo: --¿Qué os mandó Moisés? 4. Ellos dijeron: --Moisés permitió dar carta de divorcio y repudiarla.[3] 5. Respondiendo Jesús, les dijo: --Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento; 6. pero al principio de la creación, hombre y mujer los hizo Dios.[4] 7. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, 8. y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno.[5] 9. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. 10. En casa volvieron los discípulos a preguntarle sobre lo mismo, 11. y les dijo: --Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; 12. y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.[6] Jesús bendice a los niños13. Le presentaban niños para que los tocara, pero los discípulos reprendían a los que los presentaban.[7] 14. Viéndolo Jesús, se indignó y les dijo: --Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de Dios.[8] 15. De cierto os digo que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.[9] 16. Y tomándolos en los brazos, ponía las manos sobre ellos y los bendecía. El joven rico17. Al salir él para seguir su camino, llegó uno corriendo y, arrodillándose delante de él, le preguntó: --Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?[10] 18. Jesús le dijo: --¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo uno, Dios. 19. Los mandamientos sabes: "No adulteres. No mates. No hurtes. No digas falso testimonio. No defraudes.[11] Honra a tu padre y a tu madre". 20. Él entonces, respondiendo, le dijo: --Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. 21. Entonces Jesús, mirándolo, lo amó y le dijo: --Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.[12] 22. Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. 23. Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: --¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas![13] 24. Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: --Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios a los que confían en las riquezas! 25. Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja,[14] que entrar un rico en el reino de Dios. 26. Ellos se asombraban aun más, diciendo entre sí: --¿Quién, pues, podrá ser salvo? 27. Entonces Jesús, mirándolos, dijo: --Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque todas las cosas son posibles para Dios.[15] 28. Entonces Pedro comenzó a decirle: --Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. 29. Respondió Jesús y dijo: --De cierto os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer,[16] o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, 30. que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, aunque con persecuciones, y en el siglo venidero la vida eterna. 31. Pero muchos primeros serán los últimos, y los últimos, primeros.[17] Nuevamente Jesús anuncia su muerte32. Iban por el camino subiendo a Jerusalén. Jesús iba delante, y ellos, asombrados, lo seguían con miedo. Entonces, volviendo a tomar a los doce aparte, les comenzó a decir las cosas que le habían de acontecer: 33. --Ahora subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles.[18] 34. Se burlarán de él, lo azotarán, lo escupirán y lo matarán; pero al tercer día resucitará.[19] Petición de Santiago y de Juan35. Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron y le dijeron: --Maestro, queremos que nos concedas lo que vamos a pedirte. 36. Él les preguntó: --¿Qué queréis que os haga? 37. Ellos le contestaron: --Concédenos que en tu gloria[20] nos sentemos el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda. 38. Entonces Jesús les dijo: --No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado?[21] 39. Ellos respondieron: --Podemos. Jesús les dijo: --A la verdad, del vaso que yo bebo beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado seréis bautizados;[22] 40. pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado. 41. Cuando lo oyeron los diez, comenzaron a enojarse contra Jacobo y contra Juan. 42. Pero Jesús, llamándolos, les dijo: --Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. 43. Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor; 44. y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos,[23] 45. porque el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos.[24] El ciego Bartimeo recibe la vista46. Entonces vinieron a Jericó;[25] y al salir de Jericó él, sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo, el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino, mendigando. 47. Al oir que era Jesús nazareno, comenzó a gritar: --¡Jesús, Hijo de David,[26] ten misericordia de mí! 48. Y muchos lo reprendían para que callara, pero él clamaba mucho más: --¡Hijo de David, ten misericordia de mí! 49. Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarlo; y llamaron al ciego, diciéndole: --Ten confianza; levántate, te llama. 50. Él entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús. 51. Jesús le preguntó: --¿Qué quieres que te haga? El ciego le dijo: --Maestro, que recobre la vista. 52. Jesús le dijo: --Vete, tu fe te ha salvado.[27] Al instante recobró la vista, y seguía a Jesús por el camino. |