Marcos 6 - Reina Valera 1995Jesús en Nazaret1. Salió Jesús de allí y vino a su tierra,[1] y lo seguían sus discípulos. 2. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga;[2] y muchos, oyéndolo, se admiraban y preguntaban: --¿De dónde saca este estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos? 3. ¿No es este el carpintero,[3] hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas?[4] Y se escandalizaban de él. 4. Pero Jesús les dijo: --No hay profeta sin honra sino en su propia tierra,[5] entre sus parientes y en su casa. 5. No pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos poniendo sobre ellos las manos. 6. Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando. Misión de los doce discípulos7. Después llamó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, y les dio autoridad sobre los espíritus impuros.[6] 8. Les mandó que no llevaran nada para el camino, sino solamente bastón. Ni bolsa, ni pan, ni dinero en el cinto; 9. sino que calzaran sandalias y no llevaran dos túnicas.[7] 10. Y añadió: --Dondequiera que entréis en una casa, posad en ella hasta que salgáis de aquel lugar. 11. Y si en algún lugar no os reciben ni os oyen, salid de allí y sacudid el polvo que está debajo de vuestros pies,[8] para testimonio a ellos.[9] De cierto os digo que en el día del juicio será más tolerable el castigo para los de Sodoma y Gomorra que para aquella ciudad. 12. Y, saliendo, predicaban que los hombres se arrepintieran. 13. Y echaban fuera muchos demonios, ungían con aceite[10] a muchos enfermos y los sanaban. Muerte de Juan el Bautista14. [11] Oyó el rey Herodes[12] la fama de Jesús, porque su nombre se había hecho notorio, y dijo: --Juan el Bautista ha resucitado de los muertos, y por eso actúan en él estos poderes. 15. Otros decían: "Es Elías". Y otros: "Es un profeta, como los profetas antiguos".[13] 16. Al oir esto, Herodes dijo: --Este es Juan, el que yo decapité, que ha resucitado de los muertos. 17. El mismo Herodes había enviado a prender a Juan, y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, mujer de Felipe, su hermano, pues la había tomado por mujer,[14] 18. porque Juan había dicho a Herodes: "No te está permitido tener la mujer de tu hermano".[15] 19. Por eso, Herodías lo acechaba y deseaba matarlo; pero no podía, 20. porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Cuando lo oía, se quedaba muy perplejo, pero lo escuchaba de buena gana. 21. Llegó el día oportuno cuando Herodes, en la fiesta de su cumpleaños, daba una cena a sus príncipes y tribunos y a los altos dignatarios de Galilea. 22. Entró la hija de Herodías y danzó, y agradó a Herodes y a los que estaban con él a la mesa. El rey entonces dijo a la muchacha: --Pídeme lo que quieras y yo te lo daré. 23. Y le juró: --Todo lo que me pidas te daré, hasta la mitad de mi reino. 24. Saliendo ella, dijo a su madre: --¿Qué pediré? Y esta le dijo: --La cabeza de Juan el Bautista. 25. Entonces ella entró apresuradamente ante el rey, y pidió diciendo: --Quiero que ahora mismo me des en un plato la cabeza de Juan el Bautista. 26. El rey se entristeció mucho, pero a causa del juramento y de los que estaban con él a la mesa, no quiso desairarla. 27. En seguida el rey, enviando a uno de la guardia, mandó que fuera traída la cabeza de Juan. 28. El guarda fue y lo decapitó en la cárcel, trajo su cabeza en un plato y la dio a la muchacha, y la muchacha la dio a su madre. 29. Cuando oyeron esto sus discípulos, vinieron y tomaron su cuerpo, y lo pusieron en un sepulcro. Alimentación de los cinco mil30. [16] Entonces los apóstoles se reunieron con Jesús[17] y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. 31. Él les dijo: --Venid vosotros aparte, a un lugar desierto, y descansad un poco. (Eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer.) 32. Y se fueron solos en una barca a un lugar desierto.[18] 33. Pero muchos los vieron ir y lo reconocieron; entonces muchos fueron allá a pie desde las ciudades, y llegaron antes que ellos, y se juntaron a él. 34. Salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor;[19] y comenzó a enseñarles muchas cosas. 35. Cuando ya era muy avanzada la hora, sus discípulos se acercaron a él, y le dijeron: --El lugar es desierto y la hora ya muy avanzada. 36. Despídelos para que vayan a los campos y aldeas de alrededor y compren pan, pues no tienen qué comer. 37. Respondiendo él, les dijo: --Dadles vosotros de comer. Ellos le dijeron: --¿Quieres que vayamos y compremos pan por doscientos denarios[20] y les demos de comer? 38. Él les preguntó: --¿Cuántos panes tenéis? Id a ver. Y al saberlo, dijeron: --Cinco, y dos peces. 39. Entonces les mandó que hicieran recostar a todos por grupos sobre la hierba verde. 40. Se recostaron por grupos, de ciento en ciento, y de cincuenta en cincuenta. 41. Entonces tomó los cinco panes y los dos peces y, levantando los ojos al cielo, bendijo,[21] y partió los panes y dio a sus discípulos para que los pusieran delante; también repartió los dos peces entre todos. 42. Comieron todos y se saciaron. 43. Y recogieron, de los pedazos y de lo que sobró de los peces, doce cestas llenas.[22] 44. Los que comieron eran cinco mil hombres. Jesús anda sobre el mar45. En seguida hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a Betsaida,[23] en la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 46. Y después que los despidió, se fue al monte a orar. 47. Al llegar la noche, la barca estaba en medio del mar, y él solo en tierra. 48. Viéndolos remar con gran esfuerzo, porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche[24] vino a ellos andando sobre el mar, y quería adelantárseles. 49. Viéndolo ellos andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma y gritaron, 50. porque todos lo veían, y se asustaron. Pero en seguida habló con ellos, y les dijo: --¡Tened ánimo! Soy yo, no temáis. 51. Subió a la barca con ellos, y se calmó el viento. Ellos se asustaron mucho, y se maravillaban, 52. pues aún no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones. Jesús sana a los enfermos en Genesaret53. [25] Terminada la travesía, vinieron a tierra de Genesaret[26] y arribaron a la orilla. 54. Al salir ellos de la barca, en seguida la gente lo reconoció. 55. Mientras recorrían toda la tierra de alrededor, comenzaron a traer de todas partes enfermos en camillas a donde oían que estaba. 56. Y dondequiera que entraba, ya fuera en aldeas, en ciudades o en campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos y le rogaban que los dejara tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que lo tocaban quedaban sanos. |