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jueves, julio 18, 2024
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    Mateo 17 - Reina Valera 1995

    La transfiguración

    1. [1] Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte alto.

    2. Allí se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.[2]

    3. Y se les aparecieron Moisés y Elías,[3] que hablaban con él.

    4. Entonces Pedro dijo a Jesús: "Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, haremos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías".

    5. Mientras él aún hablaba, una nube de luz[4] los cubrió y se oyó una voz desde la nube, que decía: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia;[5] a él oíd".

    6. Al oir esto, los discípulos se postraron sobre sus rostros y sintieron gran temor.

    7. Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo: "Levantaos y no temáis".

    8. Cuando ellos alzaron los ojos, no vieron a nadie, sino a Jesús solo.

    9. Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: --No digáis a nadie[6] la visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de los muertos.

    10. Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: --¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?[7]

    11. Respondiendo Jesús, les dijo: --A la verdad, Elías viene primero y restaurará todas las cosas.

    12. Pero os digo que Elías ya vino, y no lo conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del hombre padecerá a manos de ellos.

    13. Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista.[8]

    Jesús sana a un muchacho lunático

    14. Cuando llegaron adonde estaba la gente, se le acercó un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo:

    15. --Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático[9] y sufre muchísimo, porque muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua.

    16. Lo he traído a tus discípulos, pero no lo han podido sanar.

    17. Respondiendo Jesús, dijo: --¡Generación incrédula y perversa![10] ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá.

    18. Entonces reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y este quedó sano desde aquella hora.

    19. Se acercaron entonces los discípulos a Jesús y le preguntaron aparte: --¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?

    20. Jesús les dijo: --Por vuestra poca fe. De cierto os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: "Pásate de aquí allá", y se pasará;[11] y nada os será imposible.

    21. Pero este género no sale sino con oración y ayuno.[12]

    Jesús anuncia otra vez su muerte

    22. Estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: "El Hijo del hombre será entregado en manos de hombres

    23. y lo matarán, pero al tercer día resucitará".[13] Ellos se entristecieron mucho.

    Pago del impuesto del templo

    24. Cuando llegaron a Capernaúm, se acercaron a Pedro los que cobraban las dos dracmas[14] y le preguntaron: --¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?

    25. Él dijo: --Sí. Al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: --¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos[15] o de los extraños?

    26. Pedro le respondió: --De los extraños. Jesús le dijo: --Luego los hijos están exentos.

    27. Sin embargo, para no ofenderlos, ve al mar, echa el anzuelo y toma el primer pez que saques, ábrele la boca y hallarás una moneda. Tómala y dásela por mí y por ti.