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miércoles, julio 17, 2024
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    Mateo 3 - Reina Valera 1995

    Predicación de Juan el Bautista

    1. En aquellos días se presentó Juan el Bautista[1] predicando en el desierto de Judea,[2]

    2. y diciendo: "Arrepentíos,[3] porque el reino de los cielos[4] se ha acercado",[5]

    3. pues este es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: "Voz del que clama en el desierto: "¡Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas!""[6]

    4. Juan estaba vestido de pelo de camello, tenía un cinto de cuero alrededor de su cintura, y su comida era langostas y miel silvestre.[7]

    5. Acudía a él Jerusalén, toda Judea y toda la provincia de alrededor del Jordán,

    6. y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.[8]

    7. Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos[9] venían a su bautismo,[10] les decía: "¡Generación de víboras!,[11] ¿quién os enseñó a huir[12] de la ira[13] venidera?

    8. Producid, pues, frutos dignos de arrepentimiento,

    9. y no penséis decir dentro de vosotros mismos: "A Abraham tenemos por padre",[14] porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.

    10. Además, el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.[15]

    11. Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento, pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar,[16] es más poderoso que yo. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.[17]

    12. Su aventador está en su mano para limpiar su era. Recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en fuego que nunca se apagará".[18]

    El bautismo de Jesús

    13. [19] Entonces Jesús vino de Galilea al Jordán, donde estaba Juan, para ser bautizado por él.

    14. Pero Juan se le oponía, diciendo: --Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú acudes a mí?

    15. Jesús le respondió: --Permítelo ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.[20] Entonces se lo permitió.

    16. Y Jesús, después que fue bautizado, subió enseguida del agua, y en ese momento los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma y se posaba sobre él.

    17. Y se oyó una voz de los cielos que decía: "Este es mi Hijo amado,[21] en quien tengo complacencia".