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    Nehemías 5 - Reina Valera 1995

    Abolición de la usura

    1. Entonces hubo gran clamor[1] del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos judíos.

    2. Había quien decía: "Nosotros, nuestros hijos y nuestras hijas, somos muchos; por tanto, hemos pedido prestado grano para comer y vivir".

    3. Y había quienes decían: "Hemos empeñado nuestras tierras, nuestras viñas y nuestras casas, para comprar grano, a causa del hambre".

    4. Otros decían: "Hemos tomado prestado dinero sobre nuestras tierras y viñas para el tributo del rey.

    5. Ahora bien, nosotros y nuestros hermanos somos de una misma carne, y nuestros hijos son como sus hijos; sin embargo, nosotros tuvimos que entregar nuestros hijos y nuestras hijas a servidumbre, y algunas de nuestras hijas son ya esclavas, y no podemos rescatarlas porque nuestras tierras y nuestras viñas son de otros".[2]

    6. Cuando oí su clamor y estas palabras, me enojé mucho.

    7. Después de meditarlo bien, reprendí a los nobles y a los oficiales. Y les dije: --¿Exigís interés a vuestros hermanos? Además, convoqué contra ellos una gran asamblea,

    8. y les dije:[3] --Nosotros, según nuestras posibilidades, rescatamos a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones; ¿y ahora sois vosotros los que vendéis aun a vuestros hermanos, para que nosotros tengamos que rescatarlos de nuevo? Y callaron, pues no tuvieron qué responder.

    9. Y yo añadí: --No es bueno lo que hacéis. ¿No deberíais andar en el temor de nuestro Dios, para no ser objeto de burla de las naciones enemigas nuestras?

    10. También yo, mis hermanos y mis criados les hemos prestado dinero y grano. ¡Perdonémosles esta deuda!

    11. Os ruego que les devolváis hoy sus tierras, sus viñas, sus olivares y sus casas, y la centésima parte[4] del dinero, del grano, del vino y del aceite, que demandáis de ellos como interés.

    12. Ellos respondieron: --Lo devolveremos y nada les demandaremos; haremos así como tú dices. Entonces convoqué a los sacerdotes y les hice jurar que harían conforme a esto.

    13. Sacudí además mi vestido,[5] y dije: --Así sacuda Dios de su casa y de su trabajo a todo hombre que no cumpla esto; así sea sacudido y quede sin nada. Y respondió toda la congregación: --¡Amén! Entonces alabaron a Jehová, y el pueblo hizo conforme a esto.

    14. También desde el día que me mandó el rey que fuera gobernador de ellos en la tierra de Judá, desde el año veinte del rey Artajerjes hasta el año treinta y dos, doce años, ni yo ni mis hermanos comimos del pan del gobernador.[6]

    15. En cambio, los primeros gobernadores que me antecedieron abrumaron al pueblo: les cobraban, por el pan y por el vino, más de cuarenta siclos de plata, y aun sus criados se enseñoreaban del pueblo. Pero yo no hice así, a causa del temor de Dios.[7]

    16. También trabajé mi parte en la restauración de este muro, y no he comprado heredad; también todos mis criados estaban allí juntos en la obra.

    17. Además, ciento cincuenta judíos y oficiales, y los que venían de las naciones que había alrededor de nosotros, se sentaban a mi mesa.

    18. Cada día se preparaba un buey y seis ovejas escogidas; también me preparaban aves; y, cada diez días, se traía vino en abundancia. Así y todo, nunca reclamé el pan del gobernador, porque la carga que pesaba sobre este pueblo era excesiva.

    19. "¡Acuérdate de mí para bien, Dios mío, y de todo lo que hice por este pueblo!"[8]