Romanos 6 - Reina Valera 1995Muertos al pecado1. ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2. ¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado,[1] ¿cómo viviremos aún en él?[2] 3. ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados[3] en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?,[4] 4. porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.[5] 5. Si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; 6. sabiendo esto, que nuestro viejo hombre[6] fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado,[7] 7. porque, el que ha muerto ha sido justificado del pecado.[8] 8. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él,[9] 9. y sabemos que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. 10. En cuanto murió, al pecado murió una vez por todas;[10] [11] pero en cuanto vive, para Dios vive. 11. Así también vosotros consideraos[12] muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.[13] 12. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus apetitos; 13. ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios[14] como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. 14. El pecado no se enseñoreará de vosotros,[15] pues no estáis bajo la Ley, sino bajo la gracia.[16] Siervos de la justicia15. [17] ¿Qué, pues? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera! 16. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerlo, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte o sea de la obediencia para justicia? 17. Pero gracias a Dios que, aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina que os transmitieron; 18. y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. 19. Hablo como humano, por vuestra humana debilidad: así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la impureza y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. 20. Cuando erais esclavos del pecado, erais libres con respecto a la justicia. 21. ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. 22. Pero ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación y, como fin, la vida eterna,[18] 23. porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.[19] |