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    Salmos 102 - Reina Valera 1995

    Oración de un afligido Oración del que sufre, cuando está angustiado, y delante de Jehová derrama su lamento.

    1. [1] Jehová, escucha mi oración y llegue a ti mi clamor.

    2. No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia; inclina a mí tu oído; apresúrate a respondermeel día que te invoque,

    3. porque mis días se desvanecencomo el humo y mis huesos cual tizón están quemados.[2]

    4. Mi corazón está herido y seco como la hierba, por lo cual me olvido de comer mi pan.

    5. Por la voz de mi gemido mis huesos se han pegado a mi carne.

    6. Soy semejante al pelícano del desierto; soy como el búho[3] de las soledades;

    7. Me desvelo y soy como un pájaro solitario sobre el tejado.

    8. Cada día me deshonran mis enemigos. Los que se burlan de mí ya se han conjurado en mi contra.

    9. Por lo cual yo como ceniza[4] a manera de pan y mi bebida mezclo con lágrimas,

    10. a causa de tu enojo y de tu ira, pues me alzaste y me has arrojado.

    11. Mis días son como una sombra que se va[5] y me he secado como la hierba.

    12. Mas tú, Jehová,permanecerás para siempre y tu memoriade generación en generación.

    13. Te levantarás y tendrás misericordiade Sión, porque es tiempo de tener misericordia de ella, porque el plazo ha llegado,

    14. porque tus siervos aman sus piedras y del polvo de ella tienen compasión.[6]

    15. Entonces las naciones temeránel nombre de Jehová y todos los reyes de la tierra tu gloria,

    16. por cuanto Jehová habrá edificado a Sión y en su gloria será visto.

    17. Habrá considerado la oraciónde los desvalidos y no habrá desechadoel ruego de ellos.

    18. Se escribirá estopara la generación venidera y el pueblo que está por naceralabará a Jah,

    19. porque miró desde lo alto de su santuario; miró Jehová desde los cielos a la tierra

    20. para oir el gemido de los presos, para soltar a los sentenciados a muerte,

    21. para que se publique en Siónel nombre de Jehová y su alabanza en Jerusalén,

    22. cuando los pueblos y los reinosse congreguen en uno para servir a Jehová.

    23. Él debilitó mi fuerza en el camino; acortó mis días.

    24. Dije: "¡Dios mío, no me cortes en la mitad de mis días![7] ¡Por generación y generaciónson tus años!"

    25. Desde el principio tú fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos.

    26. Ellos perecerán, mas tú permanecerás; y todos ellos como una vestidurase envejecerán, como un vestido los mudarásy serán mudados;

    27. pero tú eres el mismo y tus años no se acabarán.[8]

    28. Los hijos de tus siervos habitarán seguros y su descendenciaserá establecida delante de ti.