32.5 C
Miami
miércoles, julio 17, 2024
Más


    Cantares 4 - Reina Valera 2000

    El esposo alaba a la esposa

    1. He aquí que tú [eres] hermosa, oh compañera mía, he aquí que tú [eres] hermosa; tus ojos entre tus guedejas como de paloma; tus cabellos como manada de cabras, que se muestran desde el monte de Galaad.

    2. Tus dientes, como manadas de trasquiladas [ovejas], que suben del lavadero, todas con crías mellizas, y ninguna entre ellas estéril.

    3. Tus labios, como un hilo de grana, y tu habla hermosa; tus sienes, como cachos de granada [a la parte] adentro de tus guedejas.

    4. Tu cuello, como la torre de David, edificada para enseñar; mil escudos están colgados de ella, todos escudos de valientes.

    5. Tus dos pechos, como dos cabritos mellizos de gama, que son apacentados entre los lirios.

    6. Hasta que apunte el día y huyan las sombras, [me] iré al monte de la mirra, y al collado del incienso.

    7. Toda tú eres hermosa, oh compañera mía y en ti no [hay] mancha.

    8. Conmigo del Líbano, oh esposa, conmigo vendrás del Líbano; mirarás desde la cumbre de Amana, desde la cumbre de Senir y de Hermón; desde las guaridas de los leones, desde los montes de los tigres.

    9. Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía; has preso mi corazón con uno de tus ojos, con una gargantilla de tu cuello.

    10. ¡Cuán hermosos [son] tus amores, hermana, esposa mía! ¡Cuánto mejores que el vino tus amores, y el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas!

    11. Panal de miel destilan tus labios, oh esposa; miel y leche [hay] debajo de tu lengua; y el olor de tus vestidos como el olor del Líbano.

    12. Huerto cerrado [eres], oh hermana, esposa mía; fuente cerrada, fuente sellada.

    13. Tus renuevos paraíso de granados, con frutos suaves, de alcanfor y nardos,

    14. Nardo y azafrán, caña aromática y canela, con todos los árboles de incienso; mirra y áloes, con todas las principales especias.

    15. Fuente de huertos, pozo de aguas vivas, que corren del Líbano.

    16. Levántate, aquilón, y ven, Austro; sopla mi huerto, despréndanse sus aromas. venga mi amado a su huerto, y coma de su dulce fruta.