Isaías 17 - Reina Valera 2004Profecía sobre Damasco1. CARGA de Damasco. He aquí que Damasco dejará de ser ciudad, y será un montón de ruinas. 2. Las ciudades de Aroer están abandonadas, en majadas se tornarán; dormirán allí, y no habrá quien los espante. 3. Y cesará el socorro de Efraín, y el reino de Damasco; y lo que quedare de Siria, será como la gloria de los hijos de Israel, dice Jehová de los ejércitos. Juicio sobre Israel4. Y será que en aquel tiempo la gloria de Jacob se atenuará, y se enflaquecerá la grosura de su carne. 5. Y será como cuando el segador recoge la mies, y con su brazo siega las espigas; será también como el que recoge espigas en el valle de Refaím. 6. Y quedarán en él rebuscos, como cuando sacuden el olivo, dos o tres granos en la punta del ramo, cuatro o cinco en sus ramas fructíferas, dice Jehová Dios de Israel. 7. En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel. 8. Y no mirará a los altares que hicieron sus manos, ni mirará a lo que hicieron sus dedos, ni a las imágenes de Asera, ni a las imágenes del sol. 9. En aquel día las ciudades fortificadas serán como los frutos que quedan en los renuevos y en las ramas, las cuales fueron dejadas a causa de los hijos de Israel; y habrá asolamiento. 10. Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, y no te acordaste de la roca de tu fortaleza; por tanto plantarás plantas hermosas, y sembrarás sarmiento extraño. 11. El día que las plantares, las harás crecer, y harás que tu simiente brote de mañana; mas la cosecha será arrebatada en el día del recoger, y del dolor desesperado. 12. ¡Ay! multitud de muchos pueblos que harán ruido como estruendo del mar: y murmullo de naciones hará alboroto como bramido de muchas aguas. 13. Los pueblos harán estrépito a manera de ruido de grandes aguas; mas Dios los reprenderá, y huirán lejos; serán ahuyentados como el tamo de los montes delante del viento, y como el polvo delante del torbellino. 14. Al tiempo de la tarde he aquí turbación; y antes de la mañana ya no es. Esta es la parte de los que nos pisotean, y la suerte de los que nos saquean. |