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    Jeremías 32 - Reina Valera 2004

    Jeremías compra la heredad de Hanameel

    1. PALABRA de Jehová que vino a Jeremías, el año décimo de Sedequías rey de Judá, que fue el año décimo octavo de Nabucodonosor.

    2. Y entonces el ejército del rey de Babilonia tenía cercada a Jerusalem; y el profeta Jeremías estaba preso en el patio de la cárcel que estaba en la casa del rey de Judá.

    3. Pues Sedequías rey de Judá lo había apresado, diciendo: ¿Por qué profetizas tú diciendo: Así ha dicho Jehová: He aquí yo entrego esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y la tomará,

    4. y Sedequías rey de Judá no escapará de la mano de los caldeos, sino que de cierto será entregado en mano del rey de Babilonia, y hablará con él boca a boca, y sus ojos verán sus ojos,

    5. y hará llevar a Sedequías a Babilonia, y allá estará hasta que yo le visite, dice Jehová: si peleareis con los caldeos, no os sucederá bien?

    6. Y dijo Jeremías: Palabra de Jehová vino a mí, diciendo:

    7. He aquí que Hanameel, hijo de Salum tu tío, viene a ti, diciendo: Cómprame mi heredad que está en Anatot; porque tú tienes derecho a ella para comprarla.

    8. Y vino a mí Hanameel, hijo de mi tío, conforme a la palabra de Jehová, al patio de la cárcel, y me dijo: Compra ahora mi heredad que está en Anatot, en tierra de Benjamín, porque tuyo es el derecho de la herencia, y a ti compete la redención: cómprala para ti. Entonces conocí que era palabra de Jehová.

    9. Y compré la heredad de Hanameel, hijo de mi tío, la cual estaba en Anatot, y le pesé el dinero: diecisiete siclos de plata.

    10. Y escribí la carta, y la sellé, e hice atestiguar a testigos, y pesé el dinero con balanza.

    11. Tomé luego la carta de venta, sellada según el derecho y costumbre, y el traslado abierto.

    12. Y di la carta de venta a Baruc hijo de Nerías, hijo de Maasías, delante de Hanameel el hijo de mi tío, y delante de los testigos que habían suscrito en la carta de venta, delante de todos los judíos que estaban en el patio de la cárcel.

    13. Y di orden a Baruc delante de ellos, diciendo:

    14. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Toma estas cartas, esta carta de venta, la sellada, y ésta la carta abierta, y ponlas en un vaso de barro, para que se guarden muchos días.

    15. Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Aun se comprarán casas, y heredades, y viñas en esta tierra.

    16. Y después que di la carta de venta a Baruc hijo de Nerías, oré a Jehová, diciendo:

    17. ¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti:

    18. Que haces misericordia en millares, y vuelves la maldad de los padres en el seno de sus hijos después de ellos: Dios grande, poderoso, Jehová de los ejércitos es su nombre:

    19. Grande en consejo, y magnífico en hechos: porque tus ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres, para dar a cada uno según sus caminos, y según el fruto de sus obras:

    20. Que pusiste señales y portentos en tierra de Egipto hasta este día, y en Israel, y entre los hombres; y te has hecho nombre cual es este día;

    21. Y sacaste tu pueblo Israel de tierra de Egipto con señales y portentos, y con mano fuerte y brazo extendido, con terror grande;

    22. Y dísteles esta tierra, de la cual juraste a sus padres que se la darías, tierra que mana leche y miel:

    23. Y entraron, y la poseyeron; mas no oyeron tu voz, ni anduvieron en tu ley; nada hicieron de lo que les mandaste hacer; por tanto has hecho venir sobre ellos todo este mal.

    24. He aquí que con arietes han acometido la ciudad para tomarla; y la ciudad va a ser entregada en mano de los Caldeos que pelean contra ella, a causa de la espada, y del hambre y de la pestilencia: ha pues venido a ser lo que tú dijiste, y he aquí tú lo estás viendo.

    25. ¡Oh Señor Jehová! ¿y me has tú dicho: Cómprate la heredad por dinero, y pon testigos; bien que la ciudad sea entregada en manos de los caldeos?

    26. Y vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo:

    27. He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿se me encubrirá a mí alguna cosa?

    28. Por tanto así ha dicho Jehová: He aquí voy a entregar esta ciudad en mano de los caldeos, y en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y la tomará:

    29. Y vendrán los caldeos que combaten esta ciudad, y la pondrán a fuego, y la abrasarán, asimismo las casas sobre cuyas azoteas ofrecieron perfumes a Baal y derramaron libaciones a dioses ajenos, para provocarme a ira.

    30. Porque los hijos de Israel y los hijos de Judá no han hecho sino lo malo delante de mis ojos desde su juventud: porque los hijos de Israel no han hecho más que provocarme a ira con la obra de sus manos, dice Jehová.

    31. Por que esta ciudad me ha sido, como provocación a ira e indignación, desde el día que la edificaron y hasta hoy; de modo que la quitaré de mi presencia,

    32. Por toda la maldad de los hijos de Israel y de los hijos de Judá, que han hecho para enojarme, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes, y sus profetas, y los varones de Judá, y los moradores de Jerusalem.

    33. Y me volvieron la cerviz, y no el rostro: y cuando los enseñaba, enseñaba, madrugando y enseñando, no escucharon para recibir corrección:

    34. Antes asentaron sus abominaciones en la casa sobre la cual es invocado mi nombre, contaminándola.

    35. Y edificaron altares a Baal, los cuales están en el valle del hijo de Hinom, para hacer pasar por el fuego sus hijos y sus hijas a Moloc, lo cual no les mandé, ni me vino al pensamiento que hiciesen esta abominación, para hacer pecar a Judá.

    36. Y con todo, ahora así dice Jehová Dios de Israel, a esta ciudad, de la cual decís vosotros, Entregada será en mano del rey de Babilonia a espada, a hambre, y a pestilencia:

    37. He aquí que yo los juntaré de todas las tierras a las cuales los eché con mi furor, y con mi enojo y saña grande; y los haré tornar a este lugar, y los haré habitar seguramente,

    38. Y me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios.

    39. Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que hayan bien ellos, y sus hijos después de ellos.

    40. Y haré con ellos pacto eterno, que no tornaré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí.

    41. Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma.

    42. Porque así ha dicho Jehová: Como traje sobre este pueblo todo este grande mal, así traeré sobre ellos todo el bien que acerca de ellos hablo.

    43. Y poseerán heredad en esta tierra de la cual vosotros decís: Está desierta, sin hombres y sin animales; es entregada en manos de los caldeos.

    44. Heredades comprarán por dinero, y harán carta, y la sellarán, y pondrán testigos, en tierra de Benjamín y en los contornos de Jerusalem, y en las ciudades de Judá: y en las ciudades de las montañas, y en las ciudades de las campiñas, y en las ciudades del mediodía: porque yo haré tornar su cautividad, dice Jehová.