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viernes, julio 19, 2024
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    Job 29 - Reina Valera 2004

    Job recuerda su felicidad anterior

    1. VOLVIÓ Job a tomar su discurso, y dijo:

    2. ¡Quién me volviese como en los meses pasados, como en los días en que Dios me guardaba,

    3. Cuando hacía resplandecer su lámpara sobre mi cabeza, a la luz de la cual yo caminaba en la oscuridad;

    4. Como fue en los días de mi juventud, cuando el secreto de Dios estaba en mi tienda;

    5. Cuando aún el Omnipotente estaba conmigo, y mis hijos alrededor de mí;

    6. cuando lavaba yo mis pasos con leche, y la piedra me derramaba ríos de aceite!

    7. Cuando salía a la puerta a juicio, y en la plaza hacía preparar mi asiento,

    8. Los jóvenes me veían, y se escondían; y los viejos se levantaban, y estaban en pie;

    9. Los príncipes detenían sus palabras, ponían la mano sobre su boca;

    10. Los principales guardaban silencio, y su lengua se pegaba a su paladar:

    11. Cuando los oídos que me oían, me llamaban bienaventurado, y los ojos que me veían, me daban testimonio:

    12. Porque yo libraba al pobre que clamaba, y al huérfano que carecía de ayudador.

    13. La bendición del que se iba a perder venía sobre mí; Y al corazón de la viuda daba alegría.

    14. Me vestía de justicia, y ella me cubría; como manto y diadema era mi justicia.

    15. Yo era ojos al ciego, Y pies al cojo.

    16. A los menesterosos era padre; Y de la causa que no entendía, me informaba con diligencia:

    17. Y quebraba los colmillos del inicuo, Y de sus dientes hacía soltar la presa.

    18. Y decía yo: En mi nido moriré, Y como arena multiplicaré días.

    19. Mi raíz estaba abierta junto a las aguas, Y en mis ramas permanecía el rocío.

    20. Mi honra se renovaba en mí, Y mi arco se corroboraba en mi mano.

    21. Me oían, y esperaban; Y callaban a mi consejo.

    22. Tras mi palabra no replicaban, Y mi razón destilaba sobre ellos.

    23. Y me esperaban como a la lluvia, Y abrían su boca como a la lluvia tardía.

    24. Si me reía con ellos, no lo creían: Y no abatían la luz de mi rostro.

    25. Calificaba yo el camino de ellos, y me sentaba en cabecera; Y moraba como rey en el ejército, Como el que consuela llorosos.