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sábado, julio 20, 2024
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    Job 32 - Reina Valera 2004

    Eliú justifica su derecho de contestar a Job

    1. Y CESARON estos tres varones de responder a Job, por cuanto él era justo en sus propios ojos.

    2. Entonces Eliú hijo de Baraquel, buzita, de la familia de Ram, se encendió en ira contra Job: se encendió con furor, por cuanto se justificaba más así mismo que a Dios.

    3. Se enojó asimismo con furor contra sus tres amigos, porque no hallaban qué responder, aunque habían condenado a Job.

    4. Y Eliú había esperado a que Job terminase de hablar, porque ellos eran más viejos que él.

    5. Pero viendo Eliú que no había respuesta en la boca de aquellos tres varones, se encendió su ira.

    6. Y respondió Eliú hijo de Baraquel, buzita, y dijo: Yo soy joven y vosotros sois ancianos; Por tanto, he tenido miedo, y he temido declararos mi opinión.

    7. Yo decía: Los días hablarán, Y la muchedumbre de años declarará sabiduría.

    8. Ciertamente espíritu hay en el hombre, Y la inspiración del Omnipotente les da entendimiento.

    9. No los grandes son los sabios, Ni los viejos entienden el derecho.

    10. Por tanto yo dije: Escuchadme; Declararé yo también mi sabiduría.

    11. He aquí yo he esperado a vuestras razones, He escuchado vuestros argumentos, En tanto que buscabais palabras.

    12. Os he prestado atención, y he aquí que no hay de vosotros quien redarguya a Job, y responda a sus razones.

    13. Para que no digáis: Nosotros hemos hallado sabiduría: Lo derribó Dios, no el hombre.

    14. Ahora bien, Job no dirigió contra mí sus palabras, ni yo le responderé con vuestras razones.

    15. Se espantaron, no respondieron más; se les fueron los razonamientos.

    16. Yo, pues, he esperado, porque no hablaban, Antes pararon, y no respondieron más.

    17. Por eso yo también responderé mi parte, También yo declararé mi juicio.

    18. Porque lleno estoy de palabras, Y el espíritu de mi vientre me constriñe.

    19. De cierto mi vientre está como el vino que no tiene respiradero, Y se rompe como odres nuevos.

    20. Hablaré, pues, y respiraré; Abriré mis labios, y responderé.

    21. No haré ahora acepción de personas, Ni usaré con hombre alguno de títulos lisonjeros.

    22. Porque no sé hablar lisonjas: De otra manera en breve mi Hacedor me consumiría.