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sábado, julio 20, 2024
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    Job 41 - Reina Valera 2004

    1. ¿SACARÁS tú al leviatán con el anzuelo, o con la cuerda que le eches en su lengua?

    2. ¿Pondrás tú garfio en sus narices, y horadarás con espinas su quijada?

    3. ¿Multiplicará él ruegos para contigo? ¿Te hablará él lisonjas?

    4. ¿Hará pacto contigo? ¿Le tomarás por siervo para siempre?

    5. ¿Jugarás tú con él como con pájaro, O lo atarás para tus niñas?

    6. ¿Harán de él banquete los compañeros? ¿Lo repartirán entre los mercaderes?

    7. ¿Cortarás tú con cuchillo su piel, O con arpón de pescadores su cabeza?

    8. Pon tu mano sobre él; Te acordarás de la batalla, y nunca más tornarás.

    9. He aquí que la esperanza acerca de él será burlada; Porque aun a su sola vista se desmayarán.

    10. Nadie hay tan osado que lo despierte: ¿Quién, pues, podrá estar delante de mí?

    11. ¿Quién me ha dado primero, para que yo restituya? Todo lo que hay debajo del cielo es mío.

    12. Yo no callaré sus miembros, Ni lo de sus fuerzas y la gracia de su disposición.

    13. ¿Quién descubrirá la delantera de su vestidura? ¿Quién se acercará a él con freno doble?

    14. ¿Quién abrirá las puertas de su rostro? Las hileras de sus dientes espantan.

    15. La gloria de su vestido son escudos fuertes, Cerrados entre sí estrechamente.

    16. El uno se junta con el otro, Que viento no entra entre ellos.

    17. Pegado está el uno con el otro, Están trabados entre sí, que no se pueden apartar.

    18. Con sus estornudos encienden lumbre, Y sus ojos son como los párpados del alba.

    19. De su boca salen hachas de fuego, Centellas de fuego proceden.

    20. De sus narices sale humo, Como de una olla o caldero que hierve.

    21. Su aliento enciende los carbones, Y de su boca sale llama.

    22. En su cerviz mora la fortaleza, Y se esparce el desaliento delante de él.

    23. Las partes más flojas de su carne están apretadas: Están en él firmes, y no se mueven.

    24. Su corazón es firme como una piedra, Y fuerte como la muela de abajo.

    25. De su grandeza tienen temor los fuertes, Y a causa de su desfallecimiento hacen por purificarse.

    26. Cuando alguno lo alcanzare, ni espada, Ni lanza, ni dardo, ni coselete durará.

    27. El hierro estima por pajas, Y el acero por leño podrido.

    28. Saeta no le hace huir; Las piedras de honda se le tornan paja.

    29. Tiene toda arma por hojarascas, y del blandir de la jabalina se burla.

    30. Por debajo tiene agudas conchas; Imprime su agudeza en el suelo.

    31. Hace hervir como una olla el profundo mar, y lo torna como una olla de ungüento.

    32. En pos de sí hace resplandecer la senda, Que parece que el abismo sea cano.

    33. No hay sobre la tierra semejante a él, que es hecho libre de temor.

    34. Menosprecia toda cosa alta: Es rey sobre todos los soberbios.