Jueces 7 - Reina Valera 2004Gedeón derrota a los madianitas1. LEVANTÁNDOSE, pues, de mañana Jerobaal, el cual es Gedeón, y todo el pueblo que estaba con él, acamparon junto a la fuente de Harod; y tenía el campo de los madianitas al norte, de la otra parte del collado de More, en el valle. 2. Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo dé a los madianitas en su mano; no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado. 3. Ahora, pues, haz pregonar, que lo oiga el pueblo, diciendo: El que teme y se estremece, madrugue y vuélvase desde el monte de Galaad. Y se volvieron de los del pueblo veintidós mil; y quedaron diez mil. 4. Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí yo te los probaré; y del que yo te dijere: Vaya este contigo, irá contigo: mas de cualquiera que yo te dijere: Este no vaya contigo, el tal no irá. 5. Entonces llevó el pueblo a las aguas: y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, aquél pondrás aparte; asimismo cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber. 6. Y fue el número de los que lamieron las aguas, llegándola con la mano a la boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas. 7. Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y que se vaya toda la demás gente, cada uno a su lugar. 8. Y tomada provisión para el pueblo en sus manos, y sus bocinas, envió a todos los israelitas cada uno a su tienda, y retuvo a aquellos trescientos hombres: y tenía el campo de Madián abajo en el valle. 9. Y aconteció que aquella noche Jehová le dijo: Levántate, y desciende al campo; porque yo lo he entregado en tus manos. 10. Y si tienes temor de descender, baja tú al campamento con Fura tu criado, 11. y oirás lo que hablan; y entonces tus manos se esforzarán, y descenderás contra el campamento. Y él descendió con Fura su criado a los puestos avanzados de los hombres armados que estaban en el campamento. 12. Y Madián, y Amalec, y todos los orientales, estaban tendidos en el valle como langostas en muchedumbre, y sus camellos eran innumerables, como la arena que está a la ribera del mar en multitud. 13. Y luego que llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando a su compañero un sueño, diciendo: He aquí yo soñé un sueño: y he aquí que veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián, y llegaba a las tiendas, y las hería de manera que caían, y las trastornaba de arriba abajo, y las tiendas caían. 14. Y su compañero respondió, y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel: Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento 15. Y como Gedeón oyó la historia del sueño y su interpretación, adoró; y vuelto al campamento de Israel, dijo: Levantaos, que Jehová ha entregado el campamento de Madián en vuestras manos. 16. Y repartiendo los trescientos hombres en tres escuadrones, dio a cada uno de ellos bocinas en sus manos, y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los cántaros. 17. Y les dijo: Miradme a mí, y haced como yo hiciere; he aquí que cuando yo llegare a las afueras del campamento, como yo hiciere, así haréis vosotros. 18. Yo tocaré la bocina y todos los que estarán conmigo; y vosotros tocaréis entonces las bocinas alrededor de todo el campamento, y diréis: ¡Por Jehová y Gedeón! 19. Llegó pues, Gedeón, y los cien hombres que llevaba consigo, a las afueras del campamento, al comienzo de la vigilia de la media noche, cuando acababan de renovar las centinelas; y tocaron las bocinas, y quebraron los cántaros que llevaban en sus manos: 20. Y los tres escuadrones tocaron las bocinas, y quebrando los cántaros tomaron en las manos izquierdas las teas, y en las derechas los cuernos con que tocaban, y dieron grita: ¡La espada de Jehová y de Gedeón! 21. Y se estuvieron en sus lugares en derredor del campamento; y todo el campamento fue alborotado, y huyeron gritando. 22. Mas los trescientos tocaban las bocinas; y Jehová puso la espada de cada uno contra su compañero en todo el campo. Y el ejército huyó hasta Betsita, hacia Cerera, y hasta el término de Abel-mehola en Tabbat. 23. Y juntándose los de Israel, de Neftalí, y de Aser, y de todo Manasés, siguieron a los madianitas. 24. Gedeón también envió mensajeros a todo el monte de Efraín, diciendo: Descended al encuentro de los madianitas, y tomadles las aguas hasta Bet-bara y el Jordán. Y juntos todos los hombres de Efraín, tomaron las aguas de Bet-bara y el Jordán. 25. Y tomaron dos príncipes de los madianitas, Oreb y Zeeb: y mataron a Oreb en la peña de Oreb, y a Zeeb lo mataron en el lagar de Zeeb: y después que siguieron a los madianitas, trajeron las cabezas de Oreb y de Zeeb a Gedeón al otro lado del Jordán. |