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    Levítico 26 - Reina Valera 2004

    Bendiciones de la obediencia

    1. NO haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantaréis estatua, ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada para inclinaros a ella: porque yo soy Jehová vuestro Dios.

    2. Guardad mis sábados, y tened en reverencia mi santuario: Yo Jehová.

    3. Si anduviereis en mis decretos, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra;

    4. Yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra dará su producto, y el árbol del campo dará su fruto;

    5. Vuestra trilla alcanzará a la vendimia, y la vendimia alcanzará a la sementera, y comeréis vuestro pan hasta saciaros y habitaréis seguros en vuestra tierra.

    6. Y yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá quien os espante; y quitaré de vuestra tierra las malas bestias, y la espada no pasará por vuestro país.

    7. Y perseguiréis a vuestros enemigos, y caerán a espada delante de vosotros:

    8. Y cinco de vosotros perseguirán a cien, y cien de vosotros perseguirán a diez mil, y vuestros enemigos caerán a espada delante de vosotros.

    9. Porque yo me volveré a vosotros, y os haré crecer, y os multiplicaré, y afirmaré mi pacto con vosotros:

    10. Y comeréis lo añejo de mucho tiempo, y sacareis fuera lo añejo a causa de lo nuevo:

    11. Y pondré mi morada en medio de vosotros, y mi alma no os abominará:

    12. Y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo.

    13. Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para que no fueseis sus siervos; y rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar el rostro alto.

    Consecuencias de la desobediencia

    14. Empero si no me oyereis, ni hiciereis todos estos mis mandamientos,

    15. Y si abominareis mis decretos, y vuestra alma menospreciare mis derechos, no ejecutando todos mis mandamientos, e invalidando mi pacto;

    16. Yo también haré con vosotros esto: enviaré sobre vosotros terror, extenuación y calentura, que consuman los ojos y atormenten el alma: y sembraréis en balde vuestra simiente, porque vuestros enemigos la comerán:

    17. Y pondré mi ira sobre vosotros, y seréis heridos delante de vuestros enemigos; y los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que haya quien os persiga.

    18. Y si aun con estas cosas no me oyereis, yo tornaré a castigaros siete veces más por vuestros pecados.

    19. Y quebrantaré la soberbia de vuestra fortaleza, y tornaré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce.

    20. Y vuestra fuerza se consumirá en vano; que vuestra tierra no dará su esquilmo, y los árboles de la tierra no darán su fruto.

    21. Y si anduviereis conmigo en oposición, y no me quisiereis oír, yo añadiré sobre vosotros siete veces más plagas según vuestros pecados.

    22. Enviaré también contra vosotros bestias fieras que os arrebaten los hijos, y destruyan vuestros animales, y os apoquen, y vuestros caminos sean desiertos.

    23. Y si con estas cosas no fuereis corregidos, sino que anduviereis conmigo en oposición,

    24. Yo también procederé con vosotros, en oposición y os heriré aún siete veces por vuestros pecados:

    25. Y traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto; y os recogeréis a vuestras ciudades; mas yo enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo.

    26. Cuando yo os quebrantare el arrimo del pan, cocerán diez mujeres vuestro pan en un horno, y os devolverán vuestro pan por peso; y comeréis, y no os saciaréis.

    27. Y si con esto no me oyereis, mas procediereis conmigo en oposición,

    28. Yo procederé con vosotros en contra y con ira, y os castigaré aún siete veces por vuestros pecados.

    29. Y comeréis las carnes de vuestros hijos, y comeréis las carnes de vuestras hijas:

    30. Y destruiré vuestros altos, y talaré vuestras imágenes, y pondré vuestros cuerpos muertos sobre los cuerpos muertos de vuestros ídolos, y mi alma os abominará:

    31. Y pondré vuestras ciudades en desierto, y asolaré vuestros santuarios, y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume.

    32. Yo asolaré también la tierra, y se pasmarán de ella vuestros enemigos que en ella moran:

    33. Y a vosotros os esparciré por las naciones, y desenvainaré espada en pos de vosotros; y vuestra tierra estará asolada, y yermas vuestras ciudades.

    34. Entonces la tierra descansará sus sábados todos los días que estuviere asolada, y vosotros en la tierra de vuestros enemigos; la tierra descansará entonces y gozará sus sábados.

    35. Todo el tiempo que estará asolada, descansará lo que no descansó en vuestros sábados mientras habitabais en ella.

    36. Y a los que quedaren de vosotros infundiré en sus corazones tal cobardía, en la tierra de sus enemigos, que el sonido de una hoja que se mueve los perseguirá, y huirán como de la espada, y caerán sin que nadie los persiga:

    37. Y tropezarán los unos en los otros, como si huyeran delante de la espada, aunque nadie los persiga; y no podréis resistir delante de vuestros enemigos.

    38. Y pereceréis entre las naciones, y la tierra de vuestros enemigos os consumirá.

    39. Y los que quedaren de vosotros decaerán en las tierras de vuestros enemigos por su iniquidad; y por la iniquidad de sus padres decaerán con ellos:

    40. Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus padres, por su prevaricación con que prevaricaron contra mí: y también porque anduvieron conmigo en oposición,

    41. Yo también habré andado en contra de ellos, y los habré metido en la tierra de sus enemigos: y entonces se humillará su corazón incircunciso, y reconocerán su pecado;

    42. Y yo me acordaré de mi pacto con Jacob, y asimismo de mi pacto con Isaac, y también de mi pacto con Abraham me acordaré; y haré memoria de la tierra.

    43. Y la tierra será abandonada por ellos, y disfrutará sus sábados, estando desolada a causa de ellos; entonces se someterán al castigo de sus iniquidades; por cuanto menospreciaron mis decretos, y el alma de ellos tuvo fastidio de mis estatutos.

    44. Y aun con todo esto, estando ellos en tierra de sus enemigos, yo no los desecharé, ni los abominaré para consumirlos, invalidando mi pacto con ellos: porque yo Jehová soy su Dios:

    45. Antes me acordaré de ellos por el pacto antiguo, cuando los saqué de la tierra de Egipto a los ojos de las gentes, para ser su Dios: Yo Jehová.

    46. Estos son los decretos, derechos y leyes que estableció Jehová entre sí y los hijos de Israel en el monte de Sinaí por mano de Moisés.