Marcos 3 - Reina Valera 2004El hombre de la mano seca1. OTRA vez entró en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano. 2. Y le asechaban, si en sábado le sanaría, para poder acusarle. 3. Entonces dijo al hombre que tenía seca la mano: Levántate y ponte en medio. 4. Y les dijo: ¿Es lícito hacer bien en sábado, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban. 5. Entonces mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y su mano fue restaurada sana como la otra. 6. Y saliendo los fariseos, en seguida tomaron consejo con los herodianos contra él, de cómo le matarían. La multitud a la orilla del mar7. Mas Jesús se retiró al mar con sus discípulos, y le siguió una gran multitud de Galilea, y de Judea, 8. y de Jerusalem, y de Idumea, y del otro lado del Jordán, y los de alrededor de Tiro y de Sidón, una gran multitud, que oyendo cuán grandes cosas hacía, vinieron a él. 9. Y dijo a sus discípulos que le tuviesen siempre apercibida una barquilla, por causa de la multitud, para que no le oprimiesen. 10. Porque había sanado a muchos, de manera que por tocarle, caían sobre él cuantos tenían plagas. 11. Y los espíritus inmundos, al verle, se postraban delante de él, y daban voces, diciendo: Tú eres el Hijo de Dios. 12. Mas él les reprendía mucho que no le diesen a conocer. Elección de los doce apóstoles13. Y cuando subió al monte, llamó a sí a los que él quiso, y vinieron a él. 14. Y ordenó a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar. 15. Y que tuviesen poder para sanar enfermedades, y para echar fuera demonios: 16. A Simón, al cual puso por sobrenombre Pedro; 17. a Jacobo, hijo de Zebedeo, a Juan hermano de Jacobo; a quienes puso por sobrenombre Boanerges, que es, Hijos del trueno; 18. a Andrés, a Felipe, a Bartolomé, a Mateo, a Tomás, a Jacobo, hijo de Alfeo, a Tadeo, a Simón el cananita, 19. y a Judas Iscariote, el que le entregó. Y vinieron a casa. La blasfemia contra el Espíritu Santo20. Y otra vez se agolpó la multitud, de manera que ellos ni aun podían comer pan. 21. Y cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle; porque decían: Está fuera de sí. 22. Y los escribas que habían venido de Jerusalem decían que tenía a Belcebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios. 23. Y llamándoles, les dijo en parábolas: ¿Cómo puede Satanás, echar fuera a Satanás? 24. Y si un reino está dividido contra sí mismo, tal reino no puede permanecer. 25. Y si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer. 26. Y si Satanás se levanta contra sí mismo, y se divide, no puede permanecer, antes ha llegado su fin. 27. Nadie puede entrar en la casa del hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no ata al hombre fuerte, y entonces podrá saquear su casa. 28. De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera con que blasfemaren; 29. pero cualquiera que blasfemare contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que está sentenciado a condenación eterna. 30. Porque decían: Tiene espíritu inmundo. La madre y los hermanos de Jesús31. Entonces vienen sus hermanos y su madre, y estando afuera, envían a él, llamándole. 32. Y la multitud estaba sentada alrededor de él, y le dijeron: He aquí, tu madre y tus hermanos están afuera, y te buscan. 33. Y él les respondió diciendo: ¿Quién es mi madre, o mis hermanos? 34. Y mirando alrededor a los que estaban sentados en derredor de él, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos. 35. Porque todo aquel que hiciere la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre. |