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miércoles, julio 17, 2024
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    Mateo 3 - Reina Valera 2004

    Predicación de Juan el Bautista

    1. EN aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,

    2. y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

    3. Porque éste es aquel del cual habló el profeta Isaías, diciendo: Voz del que clama en el desierto: Aparejad el camino del Señor: Enderezad sus sendas.

    4. Y Juan mismo tenía su vestidura de pelo de camello, y un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre.

    5. Entonces salía a él Jerusalem, y toda Judea, y toda la región de alrededor del Jordán;

    6. y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.

    7. Y al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: Generación de víboras, ¿quién os enseñó a huir de la ira que vendrá?

    8. Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento,

    9. y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.

    10. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; y todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.

    11. Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; mas el que viene tras mí, es más poderoso que yo; cuyo calzado no soy digno de llevar; él os bautizará en el Espíritu Santo y fuego.

    12. Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y allegará su trigo en el alfolí, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.

    El bautismo de Jesús

    13. Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado de él.

    14. Pero Juan le resistía, diciendo: Yo necesito ser bautizado de ti, ¿y tú vienes a mí?

    15. Pero Jesús respondió, y le dijo: Deja ahora; porque nos es preciso cumplir así toda justicia. Entonces le dejó.

    16. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.

    17. Y he aquí una voz del cielo que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo contentamiento.