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    Números 5 - Reina Valera 2004

    Todo inmundo es echado fuera del campamento

    1. Y JEHOVÁ habló a Moisés, diciendo:

    2. Manda a los hijos de Israel que echen del campamento a todo leproso, y a todos los que padecen flujo de semen, y a todo contaminado sobre muerto:

    3. Así hombres como mujeres echaréis, fuera del campamento los echaréis; para que no contaminen el campo de aquellos entre los cuales yo habito.

    4. Y lo hicieron así los hijos de Israel, que los echaron fuera del campamento; como Jehová dijo a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel.

    Ley sobre la restitución

    5. Además habló Jehová a Moisés, diciendo:

    6. Habla a los hijos de Israel: El hombre o la mujer que cometiere alguno de todos los pecados de los hombres, haciendo prevaricación contra Jehová, y delinquiere aquella persona;

    7. Confesarán su pecado que cometieron, y compensarán su ofensa enteramente, y añadirán su quinto sobre ello, y lo darán a aquel contra quien pecaron.

    8. Y si aquel hombre no tuviere pariente al cual sea resarcida la ofensa, se dará la indemnización del agravio a Jehová, al sacerdote, a más del carnero de las expiaciones, con el cual hará expiación por él.

    9. Y toda ofrenda de todas las cosas santas que los hijos de Israel presentaren al sacerdote, suya será.

    10. Y lo santificado de cualquiera será suyo; asimismo lo que cualquiera diere al sacerdote, suyo será.

    Ley sobre los celos

    11. Y Jehová habló a Moisés, diciendo:

    12. Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando la mujer de alguno se descarriare, e hiciere traición contra él,

    13. Que alguno se hubiere echado con ella en carnal ayuntamiento, y su marido no lo hubiese visto por haberse ella amancillado ocultamente, ni hubiere testigo contra ella, ni ella hubiere sido tomada en el acto;

    14. si el espíritu de celos viniere sobre él, y tuviere celos de su mujer, habiéndose ella amancillado; o si el espíritu de celo viniere sobre él, y tuviere celos de su mujer, no habiéndose ella amancillado;

    15. entonces el marido traerá su mujer al sacerdote, y traerá su ofrenda con ella, la décima de un efa de harina de cebada; no echará sobre ella aceite, ni pondrá sobre ella incienso; porque es presente de celos, presente de recordación, que trae a la memoria el pecado.

    16. Y el sacerdote la hará acercar, y la hará poner delante de Jehová.

    17. Luego tomará el sacerdote del agua santa en un vaso de barro; tomará también el sacerdote del polvo que hubiere en el suelo del tabernáculo, y lo echará en el agua.

    18. Y hará el sacerdote estar en pie a la mujer delante de Jehová, y descubrirá la cabeza de la mujer, y pondrá sobre sus manos el presente de la recordación, que es el presente de celos; y el sacerdote tendrá en la mano las aguas amargas que acarrean maldición.

    19. Y el sacerdote la conjurará, y le dirá: Si ningún hombre se ha acostado contigo, y si no te has apartado de tu marido a inmundicia, libre seas de estas aguas amargas que traen maldición;

    20. mas si te has descarriado de tu marido, y te has amancillado, y algún hombre se a acostado contigo, fuera de tu marido

    21. (El sacerdote conjurará a la mujer con juramento de maldición, y dirá a la mujer): Jehová te haga maldición y conjura en medio de tu pueblo, haciendo Jehová que tu muslo caiga, y que tu vientre se te hinche;

    22. y estas aguas que dan maldición entren en tus entrañas, y hagan hinchar tu vientre y caer tu muslo. Y la mujer dirá: Amén, amén.

    23. Y el sacerdote escribirá estas maldiciones en un libro, y las borrará con las aguas amargas;

    24. y dará a beber a la mujer las aguas amargas que traen maldición; y las aguas que obran maldición entrarán en ella por amargas.

    25. Después tomará el sacerdote de la mano de la mujer el presente de los celos, y lo mecerá delante de Jehová, y lo ofrecerá delante del altar.

    26. Y tomará el sacerdote un puñado del presente, en memoria de ella, y lo quemará sobre el altar, y después dará a beber las aguas a la mujer.

    27. Le dará, pues, a beber las aguas; y será, que si fuere inmunda y hubiere hecho traición contra su marido, las aguas que obran maldición entrarán en ella en amargura, y su vientre se hinchará, y caerá su muslo; y la mujer será maldición en medio de su pueblo.

    28. Mas si la mujer no fuere inmunda, sino que estuviere limpia, ella será libre, y será fecunda.

    29. Esta es la ley de los celos, cuando la mujer hiciere traición a su marido, y se amancillare;

    30. o del marido, sobre el cual pasare espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer: la presentará entonces delante de Jehová, y el sacerdote ejecutará en ella toda esta ley.

    31. Y aquel varón será libre de iniquidad, y la mujer llevará su pecado.