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lunes, agosto 19, 2024
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    Salmos 35 - Reina Valera 2004

    Plegaria pidiendo ser librado de los enemigos Salmo de David.

    1.

    2. Echa mano al escudo y al pavés, Y levántate en mi ayuda.

    3. Y saca la lanza, cierra contra mis perseguidores; Di a mi alma: Yo soy tu salvación.

    4. Avergüéncense y confúndanse los que buscan mi alma: Vuelvan atrás, y sean avergonzados los que mi mal intentan.

    5. Sean como el tamo delante del viento; Y el ángel de Jehová los acose.

    6. Sea su camino oscuridad y resbaladeros; Y el ángel de Jehová los persiga.

    7. Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo; Sin causa hicieron hoyo para mi alma.

    8. Que le venga el quebrantamiento sin que lo sepa, Y su red que escondió lo prenda: Con quebrantamiento caiga en ella.

    9. Y gócese mi alma en Jehová; Y alégrese en su salvación.

    10. Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, Que libras al afligido del más fuerte que él, Y al pobre y menesteroso del que le despoja?

    11. Se levantaron testigos falsos; Me demandaron lo que no sabía;

    12. Me devolvieron mal por bien, Para abatir a mi alma.

    13. Mas yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; Afligí con ayuno mi alma, Y mi oración se volvía en mi seno.

    14. Anduve como si fuesen mis amigos, mis hermanos; Como el que trae luto por su madre, enlutado me humillaba.

    15. Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron; Se juntó contra mí gente despreciable, y yo no lo entendía: Me despedazaban, y no cesaban;

    16. Como lisonjeros escarnecedores y truhanes, Crujiendo sobre mí sus dientes.

    17. Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Rescata mi alma de sus destrucciones, mi ser de los leones.

    18. Te confesaré en grande congregación; Te alabaré entre numeroso pueblo.

    19. No se alegren de mí mis enemigos injustos; ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo.

    20. Porque no hablan paz; y contra los mansos de la tierra piensan palabras engañosas.

    21. Y ensancharon sobre mí su boca; dijeron: ¡Ea, ea, nuestros ojos lo han visto!

    22. Tú lo has visto, oh Jehová; no calles: Señor, no te alejes de mí.

    23. Muévete y levántate para mi juicio, Para mi causa, Dios mío y Señor mío.

    24. Júzgame conforme a tu justicia, Jehová Dios mío; y no se alegren de mí.

    25. No digan en su corazón: ¡Ea, alma nuestra! No digan: ¡Lo hemos devorado!

    26. Sean avergonzados y confundidos a una los que de mi mal se alegran: Vístanse de vergüenza y confusión los que se engrandecen contra mí.

    27. Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa, Y digan siempre: Sea exaltado Jehová, Que ama la paz de su siervo.

    28. Y mi lengua hablará de tu justicia, Y de tu loor todo el día.