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domingo, agosto 18, 2024
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    1 Samuel 9 - Nueva Biblia Española (1975)

    Saúl es elegido rey

    1. Había un hombre de Loma de Benjamín llamado Quis, hijo de Abiel, de Seror, de Becorá, de Afij, benjaminita, de buena posición.

    2. Tenía un hijo que se llamaba Saúl, un joven de buena presencia; era el israelita más alto: sobresalía por encima de todos, de los hombros arriba.

    3. A su padre, Quis, se le habían extraviado unas burras, y dijo a su hijo Saúl: Llévate a uno de los sirvientes y vete a buscar las burras.

    4. Cruzaron la serranía de Efraín y atravesaron la comarca de Salisá, pero no las encontraron. Atravesaron la comarca de Saalín, y nada. Atravesaron la comarca de Benjamín, y tampoco.

    5. Cuando llegaron a la comarca de Suf, Saúl dijo al sirviente que iba con él: Vamos a volvernos, no sea que mi padre prescinda de las burras y empiece a preocuparse por nosotros.

    6. Pero el sirviente repuso: Precisamente en ese pueblo hay un hombre de Dios de gran fama; lo que él dice sucede sin falta. Vamos allá. A lo mejor nos orienta sobre lo que andamos buscando.

    7. Saúl replicó: Y si vamos, ¿qué le llevamos a ese hombre? Porque no nos queda pan en el morral y no tenemos nada que llevarle a ese profeta. ¿Qué nos queda?

    8. El sirviente respondió: Tengo aquí dos gramos y medio de plata; se los daré al profeta y nos orientará.

    9. Saúl comentó: Muy bien. ¡Hala, vamos! Y caminaron hacia el pueblo en donde estaba el profeta.

    10. Según subían por la cuesta del pueblo, encontraron a unas muchachas que salían a por agua; les preguntaron: ¿Vive aquí el vidente?

    11. (En Israel, antiguamente, el que iba a consultar a Dios, decía así: "¡Vamos al vidente!", porque antes se llamaba vidente al que hoy llamamos profeta).

    12. Ellas contestaron: Sí; se te ha adelantado. Precisamente hoy ha llegado al pueblo, porque el pueblo celebra hoy un sacrificio en la loma.

    13. Si entran en el pueblo, lo encontrarán antes de que suba a la loma para el banquete; porque no se pondrán a comer hasta que él llegue, pues a él le corresponde bendecir el sacrificio, y luego comen los invitados. Suban ahora, que ahora precisamente lo encontrarán.

    14. Subieron al pueblo. Y justamente cuando entraban en el pueblo, se encontró con ellos Samuel, según salía para subir a la loma.

    15. El día antes de llegar Saúl, el Señor había revelado a Samuel:

    16. Mañana te enviaré un hombre de la región de Benjamín, para que lo unjas como jefe de mi pueblo, Israel, y libre a mi pueblo de la dominación filistea; porque he visto la aflicción de mi pueblo, sus gritos han llegado hasta mí.

    17. Cuando Samuel vio a Saúl, el Señor le avisó: Ese es el hombre de quien te hablé; ése regirá a mi pueblo.

    18. Saúl se acercó a Samuel en medio de la entrada y le dijo: Haz el favor de decirme dónde está la casa del vidente.

    19. Samuel le respondió: Yo soy el vidente. Sube delante de mí a la loma; hoy comen ustedes conmigo y mañana te dejaré marchar y te diré todo lo que piensas.

    20. Por las burras que se te perdieron hace tres días no te preocupes, que ya aparecieron. Además, ¿por quién suspira todo Israel? Por ti y por la familia de tu padre.

    21. Saúl respondió: ¡Si yo soy de Benjamín, la menor ele las tribus de Israel ! Y de todas las familias de Benjamín, mi familia es la menos importante. ¿Por qué me dices eso?

    22. Entonces Samuel tomó a Saúl y a su sirviente, los metió en el comedor y los puso en la presidencia de los invitados, unas treinta personas.

    23. Luego dijo al cocinero: Trae la ración que te encargué, la que te dije que apartaras.

    24. El cocinero sacó el pernil y la cola, y se lo sirvió a Saúl. Samuel dijo: Ahí tienes lo que te reservaron; come, que te lo han guardado para esta ocasión, para que lo comas con los invitados. Así, pues Saúl comió aquel día con Samuel.

    25. Después bajaron de la loma hasta el pueblo, prepararon la cama a Saúl en la azotea

    26. y se acostó. Al despuntar el sol, Samuel fue a la azotea a llamarlo: Levántate, que te despida.

    27. Saúl se levantó, y los dos, él y Samuel, salieron de casa. Cuando habían bajado hasta las afueras, Samuel le dijo: Dile al sirviente que vaya delante; tú párate un momento y te comunicaré la palabra de Dios.