32.6 C
Miami
miércoles, julio 17, 2024
Más


    2 Crónicas 34 - Nueva Biblia Española (1975)

    Reinado de Josías

    1. Cuando Josias subió al trono tenía ocho años y reinó en Jerusalén treinta y un años.

    2. Hizo lo que el Señor aprueba. Imitó la conducta de su antepasado David, sin desviarse a derecha ni izquierda.

    Reformas de Josías

    3. El año octavo de su reinado, cuando todavía era un muchacho, comenzó a servir al Dios de su antepasado David, y el año doce empezó a purificar a Judá y a Jerusalén de ermitas, estelas, estatuas e ídolos.

    4. Destruyeron por orden suya los altares de los baales y derribó los cipos que había sobre ellos; las estelas, las estatuas y los ídolos los trituró hasta reducirlos a polvo, y lo esparció sobre las tumbas de los que les habían ofrecido sacrificios.

    5. Quemó sobre sus altares los huesos de los sacerdotes. Así purificó a Judá y Jerusalén.

    6. En las ciudades de Manases, Efraín, Simeón y hasta de Neftalí, en todos sus lugares,

    7. destruyó los altares, trituró hasta hacer polvo las estelas y las estatuas y derribó los cipos en todo el territorio de Israel. Luego volvió a Jerusalén.

    Hallazgo del libro de la ley

    8. El año dieciocho de su reinado, cuando terminó de purificar el país y el templo, mandó a Safan, hijo de Asalías, al alcalde Maseyas y al canciller Yoaj, hijo de Joacaz, a reparar el templo del Señor, su Dios.

    9. Se presentaron al sumo sacerdote, Jelcías, para recoger el dinero ingresado en el templo por las colectas de los porteros levitas en Manases, Efraín, el resto de Israel, y en Judá, Benjamín y la población de Jerusalén.

    10. Lo entregaron a los encargados de las obras del templo, y los maestros de obras que trabajaban en el templo lo dedicaron a reparar y restaurar el edificio,

    11. entregándolo a los carpinteros y albañiles para comprar piedra de cantería para los muros y madera para las vigas de los edificios que los reyes de Judá habían dejado arruinarse.

    12. Aquellos hombres realizaron su trabajo con toda honradez. Estaban designados para dirigir las obras los levitas Yájat y Abdías, descendientes de Merarí, y Zacarías y Mesulán, descendientes de Quehat. Los levitas, como sabían tocar diversos instrumentos,

    13. acompañaban a Tos acarreadores y dirigían a todos los obreros, cualquiera que fuera su tarea. Otros levitas eran secretarios, inspectores y porteros.

    14. Cuando estaban sacando el dinero ingresado en el templo, el sacerdote Jelcías encontró el libro de la Ley del Señor escrito por Moisés.

    15. Entonces Jelcías dijo al cronista Safan: He encontrado en el templo el libro de la Ley. Y se lo entregó a Safan.

    16. Este se lo llevó al rey cuando fue a darle cuenta de su tarea: Tus siervos ya han hecho todo lo que les encargaste.

    17. Recogieron el dinero que había en el templo y se lo entregaron a los encargados y a los obreros.

    18. Y le comunicó la noticia: El sacerdote Jelcías me ha dado un libro.

    19. Safan lo leyó ante el rey, y cuando éste oyó el contenido de la Ley se rasgó los vestidos

    20. y ordenó a Jelcías, a Ajicán, hijo de Safan, a Abdón, hijo de Miqueas, al cronista Safan y al funcionario real Asayas:

    21. Vayan a consultar al Señor por mi, por el resto de Israel y por Judá a propósito del libro encontrado: el Señor estará enfurecido con nosotros porque nuestros padres no obedecieron la palabra del Señor, cumpliendo lo prescrito en este libro.

    22. Jelcias y los designados por el rey fueron a ver a la profetisa Julda, esposa del guardarropa Salún, hijo de Ticuá, de Jasrá, que vivía en Jerusalén, en el barrio nuevo.

    23. Le expusieron el caso y ella les respondió: Así dice el Señor, Dios de Israel: Díganle al que les ha enviado:

    24. Así dice el Señor: Yo voy a traer la desgracia sobre este lugar y sus habitantes, todas las maldiciones escritas en el libro que han leído ante el rey de Judá.

    25. Por haberme abandonado y haber quemado incienso a otros dioses, irritándome con sus ídolos, está ardiendo mi cólera contra este lugar y no se apagará.

    26. Y al rey de Judá, que los ha enviado a consultar al Señor, díganle: Así dice el Señor, Dios de Israel:

    27. Por haber escuchado estas palabras con dolor de corazón, humillándote ante Dios al oír sus amenazas contra este lugar y sus habitantes, porque te has humillado ante mí, te has rasgado los vestidos y llorado en mi presencia, también yo te escucho -oráculo del Señor- .

    28. Cuando yo te reúna con tus padres te enterrarán en paz, sin que lleguen a ver tus ojos la desgracia que voy a traer a este lugar y a sus habitantes". Ellos llevaron la respuesta al rey,

    29. y éste dio órdenes para que se presentaran los ancianos de Judá y de Jerusalén.

    30. Luego subió al templo, acompañado de todos los judíos, ¡os habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo,. chicos y grandes. El rey les leyó el libro de la alianza encontrado en el templo.

    31. Después, en pie sobre su estrado, selló ante el Señor la alianza, comprometiéndose a seguirle y cumplir sus preceptos, normas y mandatos con todo su corazón y con toda su alma, poniendo en práctica las cláusulas de la alianza escritas en este libro.

    32. Hizo suscribir la alianza a todos los que se encontraban en Jerusalén. La población de Jerusalén actuó según la alianza del Dios de sus padres,

    33. Josías suprimió las abominaciones de todos los territorios israelitas e hizo que todos los residentes en Israel dieran culto al Señor, su Dios. Durante su vida no se apartaron del Señor, Dios de sus padres.