Deuteronomio 10 - Nueva Biblia Española (1975)

El pacto renovado

1. En aquella ocasión me dijo el Señor: "Talla dos losas de piedra, como las primeras, súbemelas a la i montaña y haz un arca de madera;

2. voy a escribir sobre esas losas los mandamientos escritos en las losas primeras, que has estrellado, para que las deposites en el arca".

3. Hice un arca de madera de acacia, tallé, dos losas de piedra como las primeras y subí al monte con las dos losas.

4. El escribió en las losas la misma escritura de antes, los Diez Mandamientos que les había dado el Señor en la montaña, desde el fuego, el día de la asamblea, y me las entregó.

5. Yo bajé de la montaña y coloqué las dos losas en el arca que tenía preparada, y allí quedaron, como me había mandado el Señor.

6. (Los israelitas se dirigieron de los Pozos de Anac a Coyundas. Allí murió Aarón y allí lo enterraron. Su hijo Eleazar le sucedió en el sacerdocio.

7. De allí se dirigieron a Rajada, y de allí a Mejorada, región de torrentes.

8. En aquella ocasión el Señor apartó a la tribu de Leví para que llevara el arca de la alianza del Señor, estuviera a disposición del Señor para servirle y para que bendijera en su nombre, y así hacen todavía hoy.

9. Por eso el levita no recibe parte en la heredad de sus hermanos, sino que el Señor es su heredad, como le dijo el Señor, tu Dios).

10. Yo permanecí en la montaña cuarenta días y cuarenta noches, como la vez anterior, y también aquella vez me escuchó el Señor. No quiso destruirlos,

11. sino que me dijo: "Levántate y disponte a partir al frente del pueblo. Que vayan y tomen posesión de la tierra que les daré, como prometí a sus padres".

Lo que Dios exige

12. Ahora, Israel, ¿qué es lo que te exige el Señor, tu Dios? Que respetes al Señor, tu Dios; que sigas sus caminos y lo ames; que sirvas al Señor, tu Dios, con todo el corazón y con toda el alma;

13. que guardes los preceptos del Señor, tu Dios, y los mandatos que yo te mando hoy, para tu bien.

14. Cierto: del Señor son los cielos,

15. hasta el último cielo; la tierra y todo cuanto la habita: con todo, sólo de los padres de ustedes se enamoró el Señor, los amó, y de su descendencia los escogió a ustedes entre todos los pueblos, como sucede hoy.

16. Circunciden su corazón, no endurezcan su cerviz;

17. que el Señor, su Dios, es Dios de dioses y Señor de señores; Dios grande, fuerte y terrible, no es parcial ni acepta soborno,

18. hace justicia al huérfano y a la viuda, ama al emigrante, dándole pan y vestido.

19. Amarán al emigrante, porque emigrantes fueron en Egipto.

20. Al Señor, tu Dios, respetarás y a él sólo servirás, te pegarás a él, en su nombre jurarás.

21. El será tu alabanza, él será tu Dios, pues él hizo a tu favor las terribles hazañas qué tus ojos han visto.

22. Setenta eran tus padres cuando bajaron a Egipto, y ahora el Señor, tu Dios, te ha hecho numeroso como las estrellas del cielo.