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sábado, julio 20, 2024
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    Éxodo 9 - Nueva Biblia Española (1975)

    La plaga en el ganado

    1. El Señor dijo a Moisés: Preséntate al Faraón y háblale: Así dice el Señor, Dios de los hebreos: deja salir a mi pueblo para que me rinda culto.

    2. Si te niegas a dejarlos salir y ¿sigues reteniéndolos a la fuerza,

    3. la mano del Señor se hará sentir en el ganado del campo, caballos, burros, camellos, vacas y ovejas con una peste maligna.

    4. Pero el Señor hará distinción entre el ganado de Israel y el egipcio, de modo que no muera ni una res de los israelitas.

    5. El Señor ha establecido un plazo: mañana cumplirá el Señor su palabra contra el país.

    6. El Señor cumplió su palabra al día siguiente: murió todo el ganado de los egipcios, y del ganado de los israelitas no murió ni una res.

    7. El Faraón mandó averiguar, y del ganado de los israelitas no había muerto ni una res. Pero el Faraón se puso terco y no dejó salir al pueblo.

    La plaga de úlceras

    8. El Señor dijo a Moisés y a Aarón: Tomen un puñado de hollín del horno y que Moisés lo aviente hacia el cielo a la vista del Faraón;

    9. se convertirá por todo el territorio egipcio en polvo que caerá sobre hombres y animales produciendo úlceras y llagas en todo el territorio egipcio.

    10. Tomaron hollín del horno, y, a la vista del Faraón, Moisés lo aventó hacia el cielo, y hombres y animales se cubrieron de úlceras y llagas.

    11. Los magos no pudieron resistir delante de Moisés, a causa de las úlceras, que les habían salido como a todos los demás egipcios.

    12. Pero el Señor hizo que el Faraón se empeñara en no hacerles caso, como lo había anunciado el Señor.

    La plaga de granizo

    13. El Señor dijo a Moisés: Madruga mañana, preséntate al Faraón y dile: Esto dice el Señor, Dios de los hebreos: deja salir a mi pueblo para que me rinda culto.

    14. Pues esta vez voy a soltar todas mis plagas contra ti mismo, tu corte y tu pueblo, para que sepas que no hay nadie como yo en toda la tierra.

    15. Esta vez soltaré mi mano para herir de peste a ti y a tu pueblo, hasta que desaparezcan de la tierra.

    16. Con este fin te he mantenido en tu puesto, para mostrarte mi fuerza y para que se difunda mi fama en toda la tierra.

    17. Todavía alzas tu barrera frente a mi pueblo para no dejarlo marchar.

    18. Pues mira, mañana a estas horas haré caer un terrible pedrisco como no lo ha habido en Egipto desde su fundación hasta hoy.

    19. Ahora, pues, manda poner en seguro tu ganado y lo que tienes en el campo. A los hombres y a los animales que se encuentren en el campo y no se refugien en los establos, les caerá encima un granizo que los matará.

    20. Los ministros del Faraón que respetaron la palabra del Señor hicieron refugiarse a sus esclavos y metieron corriendo el ganado en los establos;

    21. los que no atendieron a la palabra del Señor, dejaron a sus esclavos y ganado en el campo.

    22. El Señor dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo y caerá granizo en todo el territorio egipcio: sobre hombres y animales y sobre la hierba del campo.

    23. Moisés extendió su bastón hacia el cielo, y el Señor lanzó truenos, granizo y rayos zigzagueando hacia la tierra: el Señor hizo granizar en el territorio egipcio.

    24. Vino el granizo, con rayos que se formaban entre el granizo, un pedrisco grueso como no se había visto en Egipto desde que comenzó a ser nación.

    25. El granizo hizo destrozos en todo el territorio egipcio: hirió a todo lo que se encontraba en el campo, hombres y animales, destrozó la hierba del campo y tronchó los árboles silvestres.

    26. Pero en territorio de Gosén, donde vivían los israelitas, no cayó granizo.

    27. Entonces el Faraón mandó llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: Esta vez he obrado mal. El Señor tiene razón, y yo y mi pueblo somos culpables.

    28. Recen al Señor, que ya basta de truenos y granizo, y les dejaré marchar sin retenerlos más.

    29. Moisés le contestó: Cuando salga de la ciudad extenderé las manos hacia el Señor, y cesarán completamente truenos y granizo, para que sepas que toda la tierra es del Señor.

    30. Aunque tú y tu corte ya sé que todavía no respetan al Señor Dios.

    31. (El lino y la cebada se perdieron, pues la cebada estaba en espiga y el lino estaba floreciendo,

    32. el trigo y el mijo no se perdieron porque son tardíos).

    33. Moisés salió del palacio y de la ciudad, y extendió las manos al Señor: cesaron truenos y granizo y la lluvia no azotó la tierra.

    34. Viendo el Faraón que habían cesado la lluvia, el granizo y los truenos, volvió a pecar y se puso terco, él con su corte,

    35. y se empeñó en no dejar salir a los israelitas, como lo había anunciado el Señor por medio de Moisés.