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    Ezequiel 16 - Nueva Biblia Española (1975)

    Infidelidad de Jerusalén

    1. Me dirigió la palabra el Señor:

    2. Hijo de Adán, denuncia a Jerusalén sus abominaciones,

    3. diciendo: Esto dice el Señor: ¡Jerusalén!, eres cananea de casta y de cuna: tu padre era amorreo y tu madre era hitita.

    4. Fué así tu alumbramiento]: el día en que naciste no te cortaron el ombligo, no te bañaron ni frotaron con sal, ni te envolvieron en pañales.

    5. Nadie se apiadó de ti haciéndote uno de estos menesteres, por compasión, sino que te arrojaron a campo abierto, asqueados de ti, el día en que naciste.

    6. Pasando yo a tu lado, te vi. chapoteando en tu propia sangre, y te dije mientras yacías en tu sangre: "Sigue viviendo y crece como brote campestre".

    7. Creciste y te hiciste moza, llegaste a la sazón; tus senos se afirmaron y el vello te brotó, pero estabas desnuda y en cueros.

    8. Pasando de nuevo a tu lado, te vi. en la edad del amor; extendí sobre ti mi manto para cubrir tu desnudez; te comprometí conjuramento, hice alianza contigo -oráculo del Señor- y fuiste mía.

    9. Te bañé, te limpié la sangre y te ungí con aceite.

    10. Te vestí de bordado, te calcé de marsopa; te ceñí de lino, te revestí de seda

    11. Te engalané con joyas: te puse pulseras en los brazos y un collar al cuello.

    12. Te puse un anillo en la nariz, pendientes en las orejas y diadema de lujo en la cabeza.

    13. Lucías joyas de oro y plata, y vestidos de lino, seda y bordado; comías flor de harina, miel y aceite; estabas lindísima y prosperaste más que una reina.

    14. Cundió entre los pueblos la fama de tu belleza, completa con las galas con que te atavié -oráculo del Señor- .

    15. Te sentiste segura de tu belleza y, amparada en tu fama, fornicaste y te prostituiste con el primero que pasaba.

    16. Tomaste tus vestidos y sobre ellos fornicabas, y te hiciste capillas de colores...

    17. "Tomaste tus espléndidas alhajas, el oro y la plata que yo te regalé, y te hiciste estatuas de varones con las que fornicabas.

    18. "Tomaste tus vestidos bordados y las revestiste con ellos, y les ofrecías mi perfume y mi incienso.

    19. El alimento que yo te daba -flor de harina, miel y aceite te daba de comer también se lo ofreciste como oblata de aroma que aplaca -oráculo del Señor- .

    20. Tomaste a tus hijos y a tus hijas, los que diste a luz para mí, y se los inmolaste para que comieran. No bastándote tus fornicaciones,

    21. degollaste a mis hijos pasándolos por el fuego en su honor.

    22. Con todas tus abominables fornicaciones, no te acordaste de tu niñez, cuando estabas desnuda y en cueros chapoteando en tu propia sangre.

    23. Y encima de tanta maldad, ¡ay de ti, ay de ti! -oráculo del Señor- ,

    24. te edificabas alcobas y te levantabas puestos en todas las calles.

    25. En las encrucijadas instalabas tus puestos y envilecías tu hermosura; abriéndote de piernas al primero que pasaba, continuamente te prostituías.

    26. Fornicaste con los egipcios, tus vecinos, de grandes miembros, y a fuerza de prostituirte, me encolerizaste.

    27. Entonces extendí mi brazo contra ti, te mengüé la ración, te entregué a la avidez de tus rivales, las hijas de los filisteos, que se sonrojaban de tu conducta infame.

    28. Fornicaste con los asirios sin saciarte, volvías a fornicar con ellos y todavía no te saciabas.

    29. Sin cesar fornicaste en Caldea, tierra de mercaderes, y ni con eso te saciaste.

    30. ¡Cómo me enfurecí contra ti -oráculo del Señor- cuando hacías todo eso, lo que hace una ramera empedernida!

    31. Cuando instalabas tus alcobas en las encrucijadas y levantabas tus puestos en todas las calles, no cobrabas el precio como hacen las prostitutas.

    32. ¡Oh hembra adúltera, que teniendo marido acoge a extraños!].

    33. A las prostitutas les hacen regalos; tú, en cambio, diste tu regalo de boda a tus amantes; los sobornabas para que acudieran de todas partes a fornicar contigo.

    34. Tú hacías lo contrario que las otras hembras: a ti nadie te solicitaba, eras tú la que pagabas y a ti no te pagaban y obrabas al revés.

    35. Por eso, prostituta, escucha la palabra del Señor.

    36. Esto dice el Señor: Por haber prodigado tus encantos y desnudado tus vergüenzas, prostituyéndote con tus amantes, con tus abominables ídolos, por haberles ofrecido la sangre de tus hijos;

    37. por eso aquí me tienes: voy a reunir a todos tus amantes a los que complaciste, a todos los que amabas y a los que aborrecías. Los reuniré de todas partes contra ti, te dejaré desnuda delante de ellos, para que miren tus vergüenzas.

    38. Te aplicaré las penas de las adúlteras y de las homicidas, descargando sobre ti mi furor y mi rabia.

    39. Te entregaré en sus manos: derribarán tus alcobas, demolerán tus puestos; te quitarán los vestidos, te arrebatarán las alhajas, dejándote desnuda y en cueros.

    40. Traerán un tropel contra ti que te apedreará y te descuartizará a cuchilladas.

    41. Prenderán fuego a tus casas y ejecutarán en ti la sentencia en presencia de muchas mujeres; así dejarás de prostituirte y no volverás a pagar el precio.

    42. Aplacaré mi ira contra ti y apartaré de ti mi cólera; me serenaré y no volveré a irritarme.

    43. Por no haberte acordado de tu juventud, por haberme provocado con todas estas cosas, también yo te pagaré según tu conducta -oráculo del Señor- . ¿No has añadido la infamia a todas tus abominaciones?

    44. Mira, todos se burlan diciéndote el refrán: "De tal madre, tal hija".

    45. Hija eres de tu madre, que aborreció marido e hijos; hermana eres de tus hermanas, que aborrecieron maridos e hijos. Tu madre era hitita y tu padre amorreo.

    46. Tu hermana la mayor es Samaria con sus villas, situada a tu izquierda; tu hermana la pequeña, situada a tu derecha, es Sodoma con sus villas.

    47. No sólo seguiste sus caminos e imitaste sus abominaciones, sino que te pareció poco y les ganaste en conducta depravada.

    48. Juro por mi vida -oráculo del Señor- que Sodoma, tu hermana, y sus villas no han obrado como has obrado tú y tus villas.

    49. Mira, ése fue el delito de Sodoma, tu hermana: soberbia, hartura de pan y bienestar apacible tuvieron ella y sus villas, pero no dio una mano al desgraciado y al pobre.

    50. Se engrieron frente a mí cometiendo abominaciones, y las quité de en medio en cuanto lo vi.

    51. Y Samaria no pecó ni la mitad que tú; tú has cometido más abominaciones que ellas, y con las abominaciones cometidas, has hecho buenas a tus hermanas.

    52. Pues carga, tú también, con tú vergüenza, porque con tus pecados dejaste en buen lugar a tus hermanas; te envileciste más que ellas, ellas son inocentes a tu lado. Sonrójate también tú y carga con tu vergüenza, porque has hecho buenas a tus hermanas.

    53. Cambiaré su suerte, la suerte de Sodoma y sus villas, la suerte de Samaria y sus villas (también cambiaré tu suerte junto con la de ellas),

    54. para que cargues con tu vergüenza y te avergüences de cuanto hiciste sirviéndoles a ellas de consuelo.

    55. Y tu hermana Sodoma y sus villas volverán a su estado antiguo; Samaria y sus villas volverán a su estado antiguo (también tú con tus villas volverás a tu estado antiguo).

    56. ¡No aprendiste la lección de Sodoma, tu hermana, cuando la mentabas en tu época arrogante,

    57. antes de descubrirse tus vergüenzas! ¡Ahora eres el oprobio de las edomitas y de sus vecinas las filisteas, que te zahieren por todas partes!

    58. Ahora cargas con tu infamia y tus abominaciones -oráculo del Señor- .

    59. Pues así dice el Señor: Actuaré contigo conforme a tus acciones, pues menospreciaste el juramento y quebrantaste la alianza.

    60. Pero yo me acordaré de la alianza que hice contigo cuando eras moza y haré contigo una alianza eterna.

    61. Tú te acordarás de tu conducta y te sonrojarás, al acoger a tus hermanas, las mayores y las más pequeñas; pues yo te las daré como hijas, mas no en virtud de tu alianza.

    62. Yo mismo haré alianza contigo y sabrás que yo soy el Señor,

    63. para que te acuerdes y te sonrojes y no vuelvas a abrir la boca de vergüenza, cuando yo te perdone todo lo que hiciste -oráculo del Señor- .