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viernes, julio 19, 2024
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    Ezequiel 22 - Nueva Biblia Española (1975)

    Los pecados de Jerusalén

    1. Me dirigió la palabra el Señor:

    2. Y tú, hijo de Adán, juzga, juzga a la ciudad sanguinaria, denúnciale todas sus abominaciones,

    3. diciendo: Esto dice el Señor: ¡Ciudad que se encamina a su término, derramando sangre dentro de sí, y que se ha contaminado fabricándose ídolos!

    4. La sangre que derramaste te condena, te han contaminado los ídolos que fabricaste. Has precipitado tu hora y se avecina el fin de tu existencia. Por eso te hago escarnio de los pueblos y burla de todas las naciones.

    5. Las vecinas y las remotas se burlan de ti, famosa por tu impureza, grande por tu anarquía.

    6. Mira, los príncipes de Israel derraman en ti sangre a porfía.

    7. En ti despojan al padre y a la madre, en ti atropellan al forastero, en ti explotan al huérfano y a la viuda.

    8. Menosprecias mis cosas santas y profanas mis sábados.

    9. En ti hay hombres que calumnian para derramar sangre: en ti van a comer a los montes, en ti se cometen infamias.

    10. En ti hay quien peca con su madrastra, en ti quien violenta a la mujer en su regla.

    11. En ti unos cometen abominaciones con la mujer del prójimo; otros abusan infamemente de su nuera, otros violentan a su hermana, hija de su mismo padre.

    12. En ti se practica el soborno para derramar sangre; cobras interés usurario, te lucras a costa del prójimo y a mí me tienes olvidado -oráculo del Señor- .

    13. Pero yo estoy batiendo palmas al ver los negocios que haces y la sangre que hay en ti.

    14. ¿Seguirá tu corazón impertérrito y firmes tus manos cuando yo actúe contra ti? Yo, el Señor, lo digo y lo hago.

    15. Te dispersaré por las naciones y te esparciré por los países, y así te limpiaré de toda mancha.

    16. En ti quedaré profanado a la vista de los paganos, y sabrás que yo soy el Señor.

    17. Me dirigió la palabra el Señor:

    18. Hijo de Adán, la casa de Israel se me ha convertido en escoria; todos ellos son cobre y estaño, hierro y plomo (dentro del horno); se han convertido en escoria.

    19. Por tanto, esto dice el Señor: Por haberse convertido todos en escoria, por eso voy a reunirlos dentro de Jerusalén.

    20. Igual que se reúne plata y cobre, hierro, plomo y estaño dentro del horno, y se atiza el fuego para que se funda todo, de la misma manera los reuniré, en mi ira y en mi cólera los meteré y los fundiré.

    21. Los juntaré y atizaré contra ustedes el fuego de mi furia, que los fundirá en ella.

    22. Allí se fundirán igual que se funde la plata dentro del horno. Y sabrán que yo, el Señor, he derramado mi cólera sobre ustedes.

    23. Me dirigió la palabra el Señor:

    24. Hijo de Adán, dile a Jerusalén: Eres tierra no limpiada ni llovida, en el día de mi furor.

    25. Sus príncipes dentro de ella eran león que ruge al desgarrar la presa; devoraban a la gente, arrebataban riquezas y objetos preciosos, multiplicaban dentro de ella el número de viudas.

    26. Sus sacerdotes violaban mi ley y profanaban mis cosas santas; no separaban lo sacro y lo profano ni declaraban lo que es puro o es impuro. Ante mis sábados cerraban los ojos, y así fui profanado en medio de ellos.

    27. Sus nobles dentro de ella eran lobos que desgarraban la presa, derramando sangre y eliminando gente para enriquecerse.

    28. Sus profetas eran enjabelgadores que les ofrecían visiones falsas y les vaticinaban embustes, diciendo: Esto dice el Señor, cuando el Señor no hablaba.

    29. Los terratenientes cometían atropellos y robos, explotaban al desgraciado y al pobre y atropellaban inicuamente al emigrante.

    30. Busqué entre ellos uno que levantara una cerca, que por amor a la tierra aguantara en la brecha frente a mí, para que yo no la destruyera; pero no lo encontré.

    31. Entonces derramé mi furor sobre ellos, los consumí en el fuego de mi furia; di a cada uno su merecido -oráculo del Señor- .